Los vecinos de la calle San Juan de Briviesca sienten inseguridad y no ganan para sustos. Durante los meses de verano cuatro chalés han sido asaltados, los dos últimos el lunes en torno a las 22 horas, y un quinto en primavera. Algunos poseen cámaras de seguridad, otros no, pero todos se lamentan de la escasa vigilancia de la Policía Local y la Guardia Civil. «Los ladrones actúan a cualquier hora y no comprueban que en las viviendas hay gente», relata a este medio uno de los últimos propietarios afectados, que en el momento de los hechos se encontraba junto a su pareja viendo la televisión.
Ambos escucharon ruidos primero en la ventana y de seguido en la puerta de entrada «como si alguien quisiera entrar», por lo que se acercaron al portero automático -que posee cámaras interiores- y comprobaron que dos personas vestidas encapuchadas con ropa oscura procedían a acceder al interior de la casa.
«Mi reacción fue gritar mucho y muy alto y los asaltantes echaron a correr. Apenas tuve tiempo de identificar las prendas que vestían, si eran jóvenes o mayores, pero una vecina que se cruzó con ellos mientras huían calle abajo comentó que se trataba de dos varones altos con sudadera», expone el damnificado, que ha presentado una denuncia en el cuartel de la Benemérita.
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