Los vecinos de la urbanización Las Navas de Rioseras conviven desde hace casi 5 meses con las aguas fecales de sus propias viviendas al aire y sin vallar, justo en la entrada a esta zona residencial. ElAyuntamiento ejecutó el 30 de marzo una obra relacionada con los problemas de suministro de agua potable y dejó la calle en unas condiciones de total insalubridad, además del peligro que entraña la acera levantada y sin señalizar, incluso con varios cables sueltos de una farola que se ha retirado. Los tribunales han condenado al Ayuntamiento a que dé una solución «al problema higiénico sanitario» que padecen antes de que acabe agosto -ya con prórroga- pero todavía no se ha iniciado ninguna obra.
El hedor que desprenden los excrementos al descubierto se ha vuelto totalmente insoportable en las últimas semanas, debido al intenso calor. Según en qué dirección sople el viento el olor alcanza a varias casas, aunque sin duda la más afectada es la primera, que literalmente tiene inutilizada su terraza y apenas puede abrir las ventanas de las diferentes estancias sin que se cuele el pestilente aroma. La hilera de contenedores de basura y residuos se ubica justo enfrente de esa acera -recipientes también en muy mal estado de conservación- por lo que resulta un lugar de paso para todo el vecindario.
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