Demanda, Pinares y Merindades salvan la campaña de marzuelos

También conocida como la seta de las nieves, el marzuelo es la primera especie en florecer en los montes tras el invierno. De color negro y semi enterrada es muy difícil de encontrar, pero la búsqueda merece la pena para disfrutarla luego en el plato. Los aficionados a la micología han podido recolectar desde primeros del pasado mes ejemplares en partes muy concretas de la provincia, donde la humedad ha provocado su floración, como la zona de la Engaña, Villarcayo y Medina, en las Merindades, y todo el entorno de la Sierra de la Demanda, desde la comarca de Pinares, hacía Soria y hacia Belorado pasando por la Pedraja. «Pero algo más bien testimonial, en general la campaña de marzuelo ha sido nefasta», explica el experto micológico Martín López Cueto.

El motivo de que su presencia no haya sido el deseado se debe, como casi siempre, a la escasez de agua en los suelos de los montes. «Apenas ha llovido ni nevado, así que salvo puntos donde sí lo ha hecho, en el resto no ha habido nada. Está siendo una de las peores temporadas», añade López Cueto, que asegura que la trufa silvestre, que él recolecta en la comarca del Arlanza, igualmente ha tenido una mala campaña debido a esa falta de precipitaciones.

El también experto en micología José Cuesta, de Canicosa de la Sierra, asegura que por el entorno de su pueblo sí que han salido marzuelos y que ha podido recolectar algunos desde los primeros días de marzo. «La campaña es algo mejor que la del año pasado, que fue muy mala, a diferencia del 2021 y del 2020, que fueron muy buenas», cuenta Cuesta, que afirma que aunque no esté siendo una temporada excelente, «los buenos recolectores sí que han cogido».

El experto relata que es más fácil encontrar restos de esta seta por el suelo mordidos por el corzo, ya que son muy apetecibles para ellos, que el hongo en sí, ya que debido a su color se mimetiza con el entorno y aparece muy metida en el suelo. Cuesta recuerda que a esta especie, que en algunos puntos puede comenzar a verse en enero aunque lo habitual es que su floración explote durante primeros de marzo, le gusta la nieve, «donde más ha nevado salen más», reitera el experto, que dice que, aunque no ha llovido o nevado mucho, sí lo ha hecho en la comarca de Pinares de forma dispersa, lo que está permitiendo recolectar marzuelos.  Hasta mayo, de forma excepcional y en algunos rincones concretos, es posible descubrir esta especie, que también gusta mucho a las ardillas, por eso también se denomina  a estas con el nombre del animal.

Por venir. Según vaya avanzando abril existirá la posibilidad de recolectar setas denominadas de pradera, como la senderuela y el  perrochico, también mansarón o seta de San Jorge ya que es sobre el 23 de este mes cuando sE comienza a ver. Como todas, necesitan de lluvia, pero los perrochicos suelen salir siempre aunque del agua dependa su abundancia. «Todos los años recolecto, aunque sea un puñado, y eso no pasa con todas las setas. Salen en zonas próximas a riachuelos, sin ser inundables, y si llueve, aparecerán más».

La singularidad de estos últimos es que siempre brotan en los mismos sitios, y quienes los descubren guardan bien el secreto de su ubicación. Aunque parezca exagerado, en algunos pueblos, el conocimiento de esas ‘mansaroneras’ se pasa de generación en generación. El disgusto llega cuando otra personas las descubre, se convierte en compartida y recolecta el que antes llega.

Respecto a la seta de cardo, «para mi mejor que todas las anteriores a nivel culinario», confiesa López Cueto, saldrán tras 10 días después de haberse sucedido la típica tormenta de primavera. «Allí donde haya caído y existan cardos, aparecen», cuenta el experto, que relata que nacen en la raíz de aquellos cardos que ya han perdido su parte aérea. 



Fuente original: www.diariodeburgos.es