Tras meses de preocupación en los que el mercado del vino se ha visto resentido por el efecto de la inflación y la tendencia generalizada y estable de la subida de precios, los expertos comienzan a ver la luz al final del túnel, y aunque en estos momentos las ventas están un poco por debajo del año anterior, la previsión es que se recuperen en los últimos meses del año. “Somos optimistas”, asegura el director general del Observatorio Español del Vino (OeMv), Rafael del Rey.
Tres factores
Todo dependerá de tres factores. Por un lado, hay que ver qué pasa con las destilaciones de crisis que han solicitado algunas zonas de renombre como Burdeos y otras regiones de Francia, y que “ayudarán a todos”. Según explica Rafael del Rey, estas destilaciones de crisis buscan reducir la oferta de vino convirtiendo una parte en alcohol para uso industrial. “La medida fue aprobada en julio y hay que ver cómo afecta al mercado y cuánto vino hay al final de campaña”, señala sin olvidar otras medidas como el arranque de viñas subvencionado que han pedido en Francia y que Rioja se está planteando.
En España, La Rioja fue la primera en solicitar la destilación de crisis. El gobierno lo aprobó pero para Extremadura y Cataluña, mientras que en La Rioja y el País Vasco el presupuesto parte de los gobiernos autonómicos. En otras zonas, sin embargo, no ha hecho falta porque las ventas acompañan como es el caso de Castilla- La Mancha. “La alegría va por barrios”.
El segundo factor depende de la próxima vendimia. Aunque la experiencia demuestra que en agosto no se puede predecir cuánto vino va a haber, como se vio el año pasado cuando las estimaciones apuntaban a una cosecha corta y luego se superaron las cifras del año anterior; el cálculo divide el país por zonas. “Todo parece indicar que en la mitad sur de España vendrá menos cantidad porque la sequía ha afectado bastante y la vendimia va adelantada, mientras que en la mitad norte, la previsión es que vaya entre bien y muy bien”, señala con la mirada puesta especialmente en zonas como Galicia. “En Aragón y Cataluña puede haber un poco menos”.
Riego por goteo, una buena baza
En Castilla y León, en Rueda y el Bierzo “podrían superar las cifras del año anterior gracias a las plantaciones con riego por goteo”. Lo mismo ocurre, considera, en la Denominación de Origen Ribera del Duero, donde a pesar de la sequía, de dos importantes tormentas de granizo y de una helada desigual, el riego por goteo y las nuevas plantaciones podrían compensar la merma. “Lo importante es que las ventas vayan bien en volumen y en valor”, insiste convencido de que los crecimientos deben ser equilibrados, sin vaivenes ni oscilaciones. “Lo vital es generar valor como está haciendo Ribera”.
El tercer factor pasa por las exportaciones y por la evolución dispar de los mercados. Mientras Rioja históricamente se centró en Reino Unido y Alemania (hoy ya se ha abierto de forma mayoritaria a Estados Unidos); Ribera del Duero tiene su estrategia en Suiza y EEUU, dos países dispuestos a pagar los vinos de alto valor, pero hay otros emergentes a tener en cuenta como México, que “ha crecido extraordinariamente”, República Dominicana, Colombia o Corea del Sur.
China en caída libre
En China, sin embargo, la caída sigue siendo vertiginosa y salvo excepciones contadas, la compra de vino se ha estancado. Para Rafael del Rey hay varios motivos para explicar un declive que comenzó mucho antes de la pandemia. Según detalla, a la ralentización del crecimiento económico se unen las nuevas normativas chinas que impiden la entrega de regalos a funcionarios, “una medida que ha afectado mucho al vino”. Por último, frente a los años de crecimiento donde el consumo tendía a la occidentalización, ahora impera un consumo más nacionalista. “Las ventas allí van francamente mal. Caen, caen y siguen cayendo sobre caídas del año anterior. Solo se salvan nichos de alto valor que sí funcionan”, puntualiza.
Fuente original: www.elcorreodeburgos.com