El monumento fascista que la Junta convertirá en BIC

Tumbas olvidadas hay muchas en la provincia de Burgos. La Guerra Civil sembró de cadáveres los campos de batalla, las cunetas, los montes de la Pedraja o Estépar, los campos de concentración. Valdenoceda o Cardeña, Miranda. La provincia guarda memoria en piedra de algunos de los muertos más célebres de un conflicto armado que han pasado al olvido. Nadie acudía a estos mausoleos salvo los amantes de las construcciones vacías y abandonadas. Sin embargo, la confrontación política y partidista les ha devuelto la popularidad

El caso más notorio es de la conocida como la Pirámide de los Italianos, de plena actualidad por la decisión de la Consejería de Cultura, en manos de Vox, de abrir el expediente para su declaración como Bien de Interés Cultural. Este paso se produce después de que el Gobierno abrió la puerta en diciembre a que Compromís viera satisfecho su anhelo por derribar este monumento funerario con la aplicación de la nueva Ley de Memoria Democrática, aprobada en octubre pasado.

El Gobierno de Pedro Sánchez, en un giro de 180 grados se aviene a eliminar la pirámide y el Águila  de Sagardía para lo que «se procederá próximamente según lo expresado en el artículo 36 de esa Ley en orden a la confección del Catálogo de símbolos y elementos contrarios a la memoria democrática». Esto es: primero hay que incluir ambos monumentos en el catálogo antes de proceder a su eliminación.

Pero ocurre que no es el Gobierno quien decide qué símbolos y elementos contrarios a la memoria democrática hay que incorporar a este catálogo sino que la Ley de Memoria Democrática deja esta facultad en manos de las comunidades autónomas. La ley señala que la «Administración General del Estado confeccionará en colaboración con el resto de las administraciones públicas un catálogo de símbolos y elementos contrarios a la memoria democrática, al que se incorporarán en todo caso los datos suministrados por las comunidades autónomas, y contendrá la relación de elementos que deban ser retirados o eliminados».

Por tanto debe ser la Junta de Castilla y León quien determine si la pirámide de los italianos y el Águila de Sagardía suponen «menciones conmemorativas en exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar y de la Dictadura, de sus dirigentes, participantes en el sistema represivo o de las organizaciones que sustentaron la dictadura, y las unidades civiles o militares de colaboración entre el régimen franquista y las potencias del eje durante la Segunda Guerra Mundial», tal y como reza la ley y clama la extrema izquierda.

El consejero de Cultura, Gonzalo Santonja (Vox),  defiende la protección de la pirámide asegurando que «no es un edificio más», sino que atesora virtudes «artísticas», «históricas» y «paisajísticas», ya que insistió en que es «muy singular» y «único» en España de la arquitectura del periodo de «entreguerras».

¿Qué es la pirámide?

La discusión está en si a estas alturas es un símbolo de exaltación fascista o franquista o una curiosidad histórica. La pirámide de los italianos es un mausoleo a los soldados caídos de esa nacionalidad en el bando franquista en la Guerra Civil. 

El Gobierno daba por bueno hasta hace medio año la argumentación de que el gobierno italiano, al que pertenece, hace décadas que exhumó los restos mortales de sus compatriotas y despojó de simbología fascista esta peculiar construcción, de la que se dice que es una réplica de la pirámide Cestia de la vía Ostiense de Roma.  

Esta condición de monumento propiedad de otro estado europeo, su uso como panteón religioso y su arquitectura podrían dar pie a que se aplicase lo previsto en el punto quinto del artículo 35 de la Ley de Memoria Democrática en el que se prevé como excepción al derribo «cuando las menciones sean de estricto recuerdo privado, sin exaltación de los enfrentados, o cuando concurran razones artísticas o arquitectónicas protegidas por la ley». Adicionalmente, la Ley prevé que «concurrirán razones artísticas cuando se trate de elementos con singular valor artístico que formen parte de un bien integrante del Patrimonio Histórico Español.

Únicamente se considerará que concurren razones arquitectónicas cuando el elemento sea fundamental para la estructura del inmueble, de tal modo que su retirada pudiera poner en peligro la estabilidad del inmueble o cualquier otro aspecto relativo a su adecuada conservación».

Estas salvedades permitirían recurrir su inclusión en el catálogo de símbolos y elementos contrarios a la memoria democrática por cualquier particular o institución que esté interesado en que prevalezca, como ya así ha expresado el municipio de Valle de Valdebezana, en cuyo suelo se alza esta pirámide.

El pueblo sí la quiere

El alcalde de Valle de Valdebezana, Juan Carlos Díaz, aseguró a Ical que ve «adecuada» los primeros pasos de la Junta para declarar BIC a esta pirámide, la única que existe en España. El alcalde cree que es «adecuado» mantener este monumento por lo que «supone» para el municipio y «dando a conocer lo que no debe ocurrir en un país». «Entendemos, en base a lo que representa, que hay que poner en valor ciertas cosas que, nos gusten o no, también tuvieron su repercusión. No deja de ser un atractivo y es adecuado que con esa declaración se informe y sepa qué supuso esa edificación, la guerra y los errores del pasado no se vuelvan a repetir», añadió el edil.  También destaca su «valor arquitectónico» ya que es la «única expresión de este tipo en España». 

¿Qué es esta pirámide?

Entre las brumas de lo más alto del puerto del Escudo, asomada al pantano del Ebro, se alza una pirámide escalonada a pocos metros de la N-623. Muchos conductores no la habrán visto nunca, pero es muy conocida en la zona y entre los aficionados a visitar y fotografíar las edificaciones abandonadas.

Interior de la pirámide de los italianos.
Interior de la pirámide de los italianos.

Su interior es pavoroso, con una forma circular que eleva hasta el techo un total de 360 nichos que contuvieron los restos de los soldados voluntarios italianos allí enterrados tras perder la vida en los campos de batalla. Bajo tierra, una cripta servía para el reposo de los oficiales.

¿Y el águila de Sagardía?

No muy lejos, otra imponente construcción evidencia el gusto del franquismo por los ampulosos monumentos funerarios. Se trata del Águila de Sagardía, general al frente de tropas voluntarias de vascos, navarros y riojanos a los que se les llamó la Columna Sagardía. El águila asoma desde las alturas del puerto de Carrales en honor a las víctimas de esta columna caídas en el frente norte en el término municipal de Cilleruelo de Bricia.

El monumento se construyó tras finalizar la guerra civil en 1940 por la intervención del general Antonio Sagardía Ramos y la 62º División del Ejército de Navarra en la ofensiva del norte. Este frente de 80 kms. recorría los páramos entre Revilla de Pomar y Cilleruelo de Bricia. Las tropas de Sagardía frenaron un ataque a Burgos desde el norte y avanzaron hacia Santander.

En un libro editado en 1940 Sagardía dejó escrito: «Les prometí a mis muchachos dos cosas para realizarlas al final de la guerra: un monumento y un libro. El monumento ya está elevado en tierras de La Lora, tan pródigamente regadas con su sangre».

Aguila de Sagardía. DARIO GONZALO
Aguila de Sagardía. DARIO GONZALO

El Águila está levantada en piedra caliza y hormigón. Fue diseñada por los arquitectos Eduardo Olasagasti y José Antonio Olano y levantada por construcciones Altuna. Las inscripciones de su base recubierta de mármol han sido objeto de vandalismo y se encuentran deterioradas. El conjunto también presenta una lápida conmemorativa en el suelo y dos columnas que flanquean la entrada.

A un kilómetro de distancia de la columna se encuentra el conocido como ‘Altar de Falange’, una construcción en piedra que enmarca un Cristo de hierro con forma de altar, que se levantó en los años 50 del siglo pasado como recuerdo a los combatientes de la Falange en Palencia, cuya frontera con Burgos está muy próxima. En este altar se puede leer la leyenda ‘Caídos de la 1ª bandera de F.E -Falange Española- de Palencia. Presentes», en recuerdo a los falangistas que cayeron en enfrentamientos con las tropas republicanas en la zona de Bricia, en el norte de Burgos.

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El conocido como ‘Altar de Falange’. DARIO GONZALO

Su estructura es la típica de las construcciones religiosas ideadas para realizar misas de campaña. Aunque se ve a simple vista desde la carretera de Santander es menos conocido que la pirámide o la columna, de las que le separan pocos kilómetros. 

Mucho más lejos, en La Bureba, en Alcocero se alza un gran monumento en el punto en el que se estrelló el avión del general Mola. Se trata de mausoleo, en lo alto de un altozano que domina el valle, que es la tumba olvidada de los cinco ocupantes de aquel avión, culminado con una gran torre con el escudo y el nombre de Mola en letras enormes. El general franquista murió al estrellarse su avión en un monte del pueblo el 3 de junio de 1937.

Alcocero de Mola
Monumento funerario en Alcocero de Mola.

Un suceso que inclinó definitivamente la balanza del poder  hacia Franco y que, pese a los años transcurridos, aún esta rodeado de misterio. Sólo se tiene una certeza sobre la muerte de Mola: el lugar donde aconteció ya que sus circunstancias jamás fueron esclarecidas con una versión oficial de muy escasa credibilidad. El ayuntamiento de Alcocero tampoco quiere que desaparezca. 

Mausoleos franquistas

¿Qué es la pirámide?  

Se trata de una pirámide escalonada  que se alza a pocos metros de la N-623 en lo alto del puerto del Escudo en Valle de Valdebezana. Se asoma al pantano del Ebro desde las alturas y está muy próxima al límite con Cantabria. Es un mausoleo a los soldados caídos de esa nacionalidad en el bando franquista. Pertenece al gobierno italiano que hace décadas que exhumó los restos y la despojó de simbología fascista. Su interior circular eleva hasta el techo los 360 nichos de los soldados voluntarios italianos. Bajo tierra, una cripta servía para el reposo de los oficiales.

Águila de Sagardía

El senador de Compromís que puso en su punto de mira la pirámide también pretende el derribo de este otro monumento funerario franquista. El águila asoma desde las alturas del puerto de Carrales en honor a las víctimas de esta columna caídas en el frente norte. En un libro editado en 1940 el general Sagardía dejó escrito: «Les prometí a mis muchachos dos cosas para realizarlas al final de la guerra: un monumento y un libro. El monumento ya está elevado en tierras de La Lora, tan pródigamente regadas con su sangre».

Altar de Falange

Bajo la leyenda ‘Caídos de la 1ª bandera de F.E -Falange Española- de Palencia. presentes», en recuerdo a los falagistas que cayeron en enfrentamientos con las tropas republicanas en la zona de Bricia. Se uso para misas de campaña y se ve desde la carretera, a un kilómetro del Águila.

Fuente original: elcorreodeburgos.elmundo.es