El servicio de transporte público urbano en la capital ribereña adolece de unas deficiencias que no lo hacen atractivo para los ciudadanos. Así de contundente es el análisis que incluye un estudio municipal del Ayuntamiento de Aranda que plantea una reordenación casi completa de los itinerarios, horarios y frecuencias actuales para que aumente el número de usuarios en detrimento de la actual dependencia del vehículo particular.
El gasto estimado para lograr un servicio público eficiente y acorde a las necesidades de la población lo fija este estudio en un máximo de 1,2 millones de euros, en el que la mayor cuantía, el 80%, corresponde a la compra de tres microbuses eléctricos y la creación de dos puntos de recarga. Una propuesta que ya estaba sobre la mesa cuando se estrenaron, hace dos meses, los dos nuevos buses que compró el Ayuntamiento de Aranda por 310.000 euros, pero con motores diesel, contraviniendo las normativas actuales en cuanto a ruido, emisiones de gases y consumo energético.
La revisión de los itinerarios, horarios y frecuencias de los autobuses es una de las medidas que se estiman necesarias en el estudio para responder a los parámetros de demanda y la optimización de la red. «La solución no tiene por qué consistir en una ampliación del número de líneas, sino en el análisis y propuesta de recorridos óptimos que, combinados, ofrezcan una alternativa sumamente atractiva para residentes y visitantes», recomienda este análisis técnico, que incluye también como medida necesaria el «favorecer la intermodalidad con otros modos de transporte eficientes, así como transbordos entre las líneas», que a día de hoy no se pueden realizar.
La estética de las paradas, con diseños dispares en muchas de ellas, y su accesibilidad es otra de las cuestiones que resalta este estudio, con una conclusión contundente. «Prácticamente ninguna de las paradas dispone de pavimento abotonado, ni pavimento táctil indicador hasta el borde la fachada, además de un sistema de información de paneles de mensaje variable o de megafonía que informe a los usuarios habituales de este modo» a lo que se une que «existen paradas de la red que carecen de los elementos de señalización mínimos y necesarios para indicar la parada del autobús urbano». Por todo ello, se plantea una inversión inicial de 20 marquesinas nuevas y accesibles y otros 16 postes, con un coste que supera los 160.000 euros.
Para completar esta mejora del servicio público de transporte urbano en Aranda se requiere en el estudio que se dote al mismo de un sistema de información en tiempo real de la marcha de los autobuses, tiempo de espera en cada parada u otros datos que ayuden a aumentar «la confianza del usuario del transporte como factor clave para lograr un servicio público competitivo ante el coche y atractivo para la ciudadanía». Además de la colocación de paneles inteligentes de información, el estudio propone que se pueda consultar esa información a través de códigos QR o integrando la información de seguimiento y localización del autobús urbano y sus paradas en aplicaciones diseñadas para este tipo de servicios, además de que estos datos también se ofrezcan a los viajeros en los propios autobuses.
Fuente original: www.diariodeburgos.es