«En pocos pueblos se ve tanta gente joven que se ha venido de la ciudad y, además, salen todos juntos, con buen ambiente». Esta frase de un vecino bien podría resumir el momento dulce que vive Hontoria de Valderados. La localidad ribereña se erige como excepción dentro de la España Vaciada y atesora historias que invitan a un cierto optimismo. Y es que en los últimos años, gracias a un goteo continuo, este municipio con cerca de 200 empadronados suma una veintena de jóvenes, de 20 a 40 años, que han decidido apostar por sus raíces y asentarse en el medio rural.
Algunos, como Ricardo Peña y su pareja, se mudaron hace apenas dos años con sus tres hijas, de seis, cuatro años y diez meses. Otros, como Judit Martínez y Josean Platas, serán padres por primera vez en junio. Los hay que tenían muy claro que su presente y futuro pasaba por regresar a Hontoria. Es el caso de Jagoba Martín, de 32 años, que hace un año y medio hizo las maletas desde Matiena (Vizcaya) y ya tiene un contrato indefinido en una gran empresa de Aranda. Mientras, Héctor Marina, de 30 años, reconoce que «nunca» se hubiera imaginado viviendo en el pueblo en el que veraneaba. Pero por circunstancias de la vida, ya lleva cinco años en la Ribera del Duero. Como él, Héctor Rodríguez, de 36, decidió probar suerte tras quedarse sin trabajo en Bilbao. La encontró. Y ni uno ni otro se mueven. Todos coinciden en la calidad de vida que les ofrece este pueblo, su cercanía con Aranda o el hecho de vivir en pleno campo.
Ahora bien, todos sin excepción apuntan que lo más difícil «sin duda» ha sido encontrar una vivienda. «No dan opciones. Estuve casi tres años hablando con los dueños hasta que lo conseguí», comenta Jagoba. «Hay gente que no quiere vender», añade Ricardo, mientras Judit apunta que les costó «muchísimo» encontrar un terreno al no poseer ninguno en su familia.
Otro de los aspectos que consideran que debe mejorar son las infraestructuras, sobre todo, lo relativo al transporte ya que ahora sólo cuentan con el autobús escolar para desplazarse a Aranda, por lo que dependen totalmente del coche.
Fuente original: www.diariodeburgos.es