La vendimia en la DO Ribera del Duero de este año viene a contradecir ese refrán popular que apunta que nunca llueve a gusto de todos. Esta vez, las precipitaciones del mes de septiembre han tenido dos consecuencias positivas para la cosecha de uva de este año: por un lado, las plantas han aprovechado para recuperar peso en las bayas, y, conjugado con el calor de las últimas semanas, la maduración ha alcanzado parámetros más favorables para la elaboración de vinos de guarda y de calidad.
La primera de las consecuencias se comprueba con las cifras. Cuando la sequía era la nota predominante tras todo el verano, en el sector se daba por seguro que la cosecha sería corta en cantidad. A día de ayer, los registros del Consejo Regulador de la DO Ribera del Duero rebatían esa previsión porque, con cerca de la mitad de las bodegas elaboradoras con la vendimia ya finalizada, las instalaciones habían recepcionado más de 110 millones de kilos de uva, lo que la coloca ya como la quinta más cuantiosa desde que se tienen registros. Y ayer aún estaban abiertas más de 160 bodegas, por lo que esta cifra seguirá subiendo hasta que se complete la vendimia.
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Fuente original: www.diariodeburgos.es