Los agricultores burgaleses miran al cielo con la esperanza de que la lluvia aporte algo de vida a un campo que agoniza. Las heladas y la sequía han generado que, pese a estar en el mes de abril, la situación resulte realmente preocupante y muchas máquinas estén paradas ante el desánimo de ver cómo se va al traste todo lo invertido para esta campaña. Los gastos se han incrementado en esta ocasión ante el encarecimiento de los fertilizantes o el gasóleo, pero ahora parece que más que en el rendimiento que se conseguirá sacar por hectárea se piensa en qué parte se salvará.
Toda la provincia se encuentra igual de afectada, ya que tanto las heladas como la falta de precipitaciones se han repetido por todo el territorio. Eso sí, Esteban Martínez, presidente de Asaja, destaca que en Odra-Pisuerga y en Arlanza han saltado las alarmas al resultar mucho más visible esta situación debido a que se trata de zonas algo más secas. «No se está haciendo absolutamente nada, en estas fechas lo normal es estar sulfatando ya las últimas malas hierbas y preparando las fincas para sembrar el girasol», explica. Así, argumenta que en este momento existe una cierta paralización en el sector.
«Si en los próximos 15 días no llueve habrá daños bastante graves», confiesan desde todas las organizaciones agrarias, que también reconocen que todos los profesionales del sector tienen gran preocupación por este tema. Ya se avanza que esta no se alzará como una buena campaña y por mucho que llueva tampoco se lograrán unos datos como en circunstancias normales. Lo peor es que las previsiones del tiempo tampoco resultan demasiado positivas y apenas dan agua para los próximos días. Algunos ya se plantean no sacar las cosechadoras «de seguir esto así», comentan desde Asaja.
Susana Pardo, presidenta de UCCL, asegura que ya se han empezado a dar partes a los seguros de «colza, vezas y cultivos más tempranos». Reconoce que el hielo ha hecho «bastante daño» y si hay grandes precipitaciones en los próximos días quizás se pueda salvar algo de lo que queda. «El hielo también ha afectado a la cebada, que esto no se había conocido nunca», explica, y reconoce que en puntos de Bureba y Merindades ha generado graves daños. «En Semana Santa hizo mucho calor por el día, la planta se despierta y tira, pero el hielo de la noche le ha hecho mucha pupa al estar muy débil», desarrolla. Reconoce también que muchos agricultores se encuentran parados debido a que si al «estrés hídrico y el hielo» le sumas las máquinas se generan daños mayores.
«De momento está aguantando algo más el trigo y a las cebadas tardías el hielo las ha hecho mucho daño», confiesa Pardo. Además, desarrolla que durante el invierno llovió lo justo para poder sembrar pero a «la tierra le falta sangre», ya que añade que la falta de nieve y precipitaciones importantes ha generado que no cuente con la humedad necesaria. Su compañero Juanjo García reconoce que los trigos «están ya empezando a perder los hijos» y también coincide en que el sector se encuentra parado y a la espera de ver qué ocurre en un momento donde la mayoría del abono ya se ha tirado. Según los datos que maneja, algunas zonas como Bureba se encuentran especialmente perjudicadas. «Y en los alrededores de Burgos también hay muchas tierras afectadas», añade. Sin embargo, a la hora de dar acogerse a los seguros considera que el problema reside en que no se cubrirán los gastos a la vista del encarecimiento generalizado de costes.
También desde UPA se ve con bastante preocupación la situación que atraviesa el campo. «Ahora solo nos hace falta agua», expresa Gabriel Delgado, secretario general del sindicato en la provincia. Le consta que ya se han dado muchos partes a los seguros por las heladas que ha sufrido la colza, mientras que para saber las pérdidas ocasionadas por la sequía habrá que esperar a junio puesto que aún no se pueden valorar los daños exactos de lo que se perderá. Manifiesta que aunque el calor y la sequía siempre lo llevan peor las zonas secas, en esta ocasión incluso se puede comprobar en Merindades o La Demanda ante la escasez de precipitaciones en toda la provincia. «Si no llueve en una semana se pone muy complicado, el problema va a ser grave», asegura Delgado.
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