«¿Este es el contenedor de papel y cartón?», se preguntaba una vecina del Casco Viejo que se disponía a tirar la basura en uno de los recipientes habilitados por el Ayuntamiento en la calle Independencia, el cual estaba completamente irreconocible porque había sido pasto de las llamas por culpa de un acto vandálico. Y no es el único. De hecho, durante el presente ejercicio los incendios en estos depósitos se han disparado a lo largo y ancho de Miranda.
Solo hasta el pasado domingo, 13 de agosto, el servicio regional de Emergencias ha contabilizado hasta 14 incidentes de este tipo. En cambio, durante el mismo periodo del ejercicio anterior, 2022, únicamente se registraron tres casos. Si bien es cierto que por aquel entonces hubo un cuarto aviso al 1-1-2, finalmente los Bomberos concluyeron que ese incidente tuvo lugar en una vivienda y no en el mobiliario público. Con todo ello, cruzando los datos facilitados por ambas unidades, en la ciudad del Ebro la quema de contenedores se ha multiplicado casi por cinco en cuestión de meses.
Esta realidad supone un golpe más para las arcas municipales, que ya han tenido que hacer frente a otras actividades incívicas, como la eliminación de vertederos ilegales que no paran de reaparecer. En concreto, según se calculaba desde el departamento de Medioambiente hace solo unos meses, la sustitución de cada contenedor cuesta a la ciudad 2.000 euros. Por lo tanto, para dar respuesta a las consecuencias del vandalismo registrado solo durante 2023, la administración municipal debería invertir casi 30.000 euros.
Los tres incidentes que ocurrieron en los primeros siete meses y medio de 2022 se repartieron por áreas tan dispares como El Crucero, la Ronda del Ferrocarril o la calle Arenal. Esta cuestión contrasta, y mucho, con lo ocurrido en lo que de momento se ha consumido del año 2023. Las vías Gregorio Solabarrieta, Ramón y Cajal, Alondra, Bilbao, Altamira, El Clavel o el área del Poblado de Los Ángeles han sufrido la quema de sus contenedores. Sin embargo, la calle Independencia destaca con claridad por encima del resto, dado que ha concentrado hasta seis de estos incidentes. Es más, solo en la primera semana de agosto, en este punto concreto del Casco Viejo ardieron dos contenedores.
Como cabría esperar, la inmensa mayoría de ataques contra estos elementos del mobiliario público se han registrado en el horario nocturno. Eso sí, también hay algunos casos en los que los Bomberos han tenido que desplazarse para sofocar las llamas cuando todavía lucía el sol con fuerza. Sin ir más lejos, los dos últimos sucesos de la calle Independencia tuvieron lugar entre las 19:00 horas y las 19:10.
Aunque esos incendios no cuentan con el ‘récord’, ya que el fuego que atacó a un contenedor en la calle Bilbao a mediados de junio se desató a las 16:00 horas, según consta en los datos de Emergencias.
Este notable incremento de los incendios en los contenedores se desmarca de la tendencia general que ha registrado Miranda. Y es que, si se deja de contar esta categoría de fuegos, la ciudad ha contabilizado a lo largo de 2023 una ligera bajada de las intervenciones de los Bomberos, en comparación con el curso inmediatamente previo. Por ejemplo, uno de los tipos más peligrosos, cuando las llamas atacan las viviendas, se ha reducido a la mitad, como también ha ocurrido con los sucesos en los que había un coche ardiendo, conforme a los datos que han acumulado en Emergencias.
Fuente original: www.diariodeburgos.es