Maeso abre una planta de reciclaje en Barbadillo del Mercado

La planta de recogida y reciclaje de escombros procedentes de derribos de construcción que Áridos y Hormigones Maeso ha construido en sus instalaciones de Barbadillo del Mercado ya está operativa. La empresa familiar ha destinado a este nuevo proyecto más de 300.000 euros durante los últimos años y con ello ha buscado ampliar el servicio de este tipo de plantas de procesado de materiales en la provincia, ya que actualmente solo existen en Aranda de Duero y en Burgos ciudad.

Esta nueva planta de reciclaje, que será por tanto la tercera de la provincia de estas características, ocupa 5.000 metros cuadrados y consta de unos nichos donde se deposita el material sucio que se recoge y que hay que tratar y de una máquina donde se procede a la valorización, limpieza y separación de los diferentes componentes. Es precisamente este aparato de grandes dimensiones el que se ha llevado el grueso da la inversión, ya su precio ha alcanzado los 200.000 euros. De forma mecánica y automática criba primero el material muy fino y después el que ofrece un grosor máximo de 0,4 centímetros. Después, con un soplador, elimina los restos más volátiles, como plásticos, paja o papeles, y un imán que es capaz de separar los metales. 

El resto del material, básicamente piedras y maderas más grandes y pesadas, llega dentro de una cabina de triaje a través de una cinta transportadora. Allí, de forma manual, lo continúan separando.  «Como mínimo resultan necesarias tres personas para que funcione la máquina», explica Antonio Maeso, de Áridos y Hormigones Maeso, que estima que la puesta en marcha de este nuevo servicio  podría suponer la contratación de dos trabajadores.  «Tenemos que valorarlo, ya que no va a funcionar todos los días, sino cuando ya haya un acopio de material suficiente para tratar», aclara.

Segunda vida del material. Una vez separado el material se  procede posteriormente a darle una segunda vida. «Las maderas las entregamos en Kronospan Burgos, los restos de piedras y hormigón se muelen y en función de su calidad pueden servir para la construcción, hacer caminos o restaurar canteras, y los plásticos, cuando ya tengamos un volumen, los llevaremos a un gestor de Abajas», manifiesta Antonio Maeso. Además, recuerda que también llevan a gestores autorizados las pinturas, aceites u otros líquidos peligrosos que encuentran.

Hace más de una década que la legislación prohibió tirar este material en escombreras. Fue entonces cuando nacieron este tipo de plantas de reciclaje o de recogida de material. Como esta última, también denominadas plantas de transferencia, han funcionado en Hormigones Maeso durante los últimos años. Acopiando material de sus propios derribos y otro procedente de diferentes empresas, para después llevarlo a la planta de reciclaje de Aranda de Duero. «No deja de ser un negocio, pero al estar más cerca también facilitamos que se traiga aquí, lo que supone un ahorro en el transporte», expresa desde Hormigones Maeso, donde actualmente hay empleadas once personas. 



Fuente original: www.diariodeburgos.es