Nuclenor zanja el debate: reabrir su central nuclear de Garoña es inviable

El intento de que la central nuclear burgalesa de Santa María de Garoña vuelva a la actividad cinco años después de que se decretase su cierre definitivo puede quedar en poco más que polémica política y ríos de tinta en vista de que quien más interés debería tener en su reapertura, la empresa Nuclenor que es la propietaria de la nuclear, confirma explicitamente que “no sería viable” reactivarla.

Así las cosas, y dado que la postura oficial de la Junta, establecida ayer jueves, es la de que sólo acometería la licitación de un estudio sobre la apertura de la planta si un impulsor presentase una iniciativa, la propuesta de Vox de volver a la vida a Garoña entra en vía muerta.

Nuclenor aclara que la central nuclear de Santa María de Garoña se encuentra en estos momentos en fase final de ‘transición al desmantelamiento’ a la espera de que Enresa reciba del Ministerio la “correspondiente autorización de transferencia de titularidad para hacerse cargo de la instalación e iniciar su desmantelamiento completo”, según explicaron a este periódico fuentes de la compañía energética. A mayores, hay que tener en cuenta que una hipotética reapertura estaría obligada a someterse a un proceso de validación previo en el que los plazos requeridos “serían similares a los de una nueva autorización”, a lo que habría que añadir los “elevados costes” de una operación de ese tipo.

Todo ello conduce a que Nuclenor considere que “no sería viable la reapertura de la central“.   El consejero de Economía y Hacienda y portavoz de la Junta, Carlos Fernández Carriedo, también admitió este jueves que ningún promotor ha mostrado «interés» hasta ahora en abrir o prorrogar la vida útil de la central de Santa María de Garoña, en Burgos, y defendió que la posición del Ejecutivo autonómico sobre la energía nuclear «es la misma».

El portavoz del Ejecutivo autonómico defendió que la «obligación» del Gobierno autonómico es «estudiar la realidad» de Castilla y León, pero que la Junta «nunca sustituirá al promotor privado», a pesar del interés de Vox y que el vicepresidente, Juan García-Gallardo, anunció recientemente la licitación de un estudio para analizar la idoneidad de reabrir la planta, una postura que ayer se modificó en las Cortes al aprobar el pleno una PNL que generalizaba esta posibilidad a todo el Valle de Tobalina, no solo a Garoña.

En este sentido, aclaró que la Junta acometería la licitación de un estudio sobre la apertura de la planta si un impulsor presentase una iniciativa. «Si la hubiera, tendría su trámite y análisis. En tanto en cuanto, podemos estudiar y hacer informes de la idoneidad. Pero no vamos a obligar a presentar ningún proyecto a ningún promotor en concreto», matizó en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno.

Con todo, Vox no renuncia de momento a su planteamiento y su sindicato Solidaridad ha convocado una concentración en Barcina del Barco, junto a la central nuclear el próximo martes a las seis de la tarde bajo el lema ‘¡Soberanía para reconquistarlo todo!’

En proceso de desmantelamiento

La propiedad de la central está a punto de pasar de Nuclenor a manos de la empresa pública Enresa para proceder a la ejecución de la primera fase del desmantelamiento, para lo que reserva 18,2 millones de euros en los Presupuestos del Estado para el año 2022.

En este punto, Nuclenor recuerda que han transcurrido “más de 5 años desde la declaración de cese definitivo de la central”, se han ejecutado “las desconexiones y desmontajes durante estos años para avanzar en el desmantelamiento”. El procesó está en la primera fase del vaciado de la piscina. De hecho, Enresa informó este verano a los representantes de los municipios cercanos a la central sobre los pormenores del proceso de carga del primer contenedor de combustible gastado de la central que ya está en el almacén temporal individualizado, y además avanzaron las previsiones de carga de futuros contenedores.

Por ahora, el proceso se limita a esa primera de las 5 unidades de este tipo de contenedores que está previsto almacenar en el ATI de Garoña, de acuerdo con la primera fase de carga que figura en las previsiones del Plan de Gestión de Combustible Gastado (PGCG) de Santa María de Garoña.

Interior de la central nuclear de Santa María de Garoña.
Interior de la central nuclear de Santa María de Garoña.

Según informa Enresa, se tardó más de 160 horas para ejecutar la secuencia de trabajos programados para cargar el primer contenedor: preparación del contenedor, su traslado a la piscina, la carga de los 52 elementos de combustible gastado que alberga, su extracción y, finalmente, su traslado al Almacén Temporal Individualizado. Durante los próximos meses se continuará con la carga y el posterior traslado al ATI de Garoña de los otros 4 contenedores disponibles.

Posteriormente, durante la primera fase del desmantelamiento de la nuclear, en la que Enresa ya sería titular de la central, se completará la evacuación de los 2.245 elementos del combustible remanente en la piscina con 44 contenedores adicionales, que se encuentran actualmente en proceso de fabricación, detalla Enresa.

Posteriormente, comenzará la siguiente fase más complicada, que se prolongará hasta 2032, y que consistirá en el desmantelamiento del reactor.

Fuente original: elcorreodeburgos.elmundo.es