Dos pescadores de Neila, Javier (Pachi) González y Manolo Benítez, han tenido el honor de echar la caña en la Laguna Brava, décadas después de que se prohibiera esta actividad deportiva en el Parque Natural de la localidad burgalesa, y capturar las primeras truchas (para posteriormente devolverlas al agua, ya que se trata de un coto sin muerte) de esta temporada, que comenzó oficialmente ayer, 1 de mayo.
Por el momento, la actividad se encuentra limitada a tres permisos al día, que se pueden obtener en la web de Medio Ambiente o en el teléfono 012 (983 327 850). Aparece también la información sobre las jornadas libres, que en esta primera semana son jueves, viernes y domingo, ya que el resto están vendidos. No obstante, hay tiempo, porque la temporada se extenderá hasta el 31 de agosto.
El nuevo coto cuenta con 0,46 kilómetros de extensión y se localiza en la Laguna Brava, (a la izquierda del aparcamiento de vehículos, según se mira hacia el Parque Natural de Neila). Solo se permitirá el empleo de «mosca artificial, cucharilla u otros señuelos. En todos los casos, con un único anzuelo desprovisto de arponcillo o muerte», explican desde la Junta de Castilla y León.
Manolo Benítez recoge otro ejemplar. – Foto: DB
La propuesta partió del Ayuntamiento de Neila, que trata de encontrar alicientes que atraigan un turismo sostenible a la localidad y a su parque natural.
En agosto de 2019 se echaron a estas aguas 300 ejemplares truchas del linaje de la cuenca Ebro -singularidad ecológica de este complejo lagunar- de unos 15 centímetros de longitud cada uno, procedentes de la piscifactoría de Vegas del Condado (León)», detallan desde el Servicio de Caza y Pesca de Castilla y León. A partir de este año, «en caso de que se estime necesario» se podrán realizar nuevas aportaciones de refuerzo a la masa de agua. Por ahora, pican el anzuelo.
Fuente original: www.diariodeburgos.es