El amor que siente por la tierra de sus abuelos y su inquietud por emprender ha llevado a Héctor Abad, madrileño de nacimiento y de corazón serrano, a desarrollar en Quintanar un proyecto de alojamientos turísticos ecosostenibles. También ambicioso. Su intención pasa por poder construir varios chozos como los que usaban los pastores trashumantes pero con todas las comodidades del siglo XXI en el entorno de las lagunas de Neila, en pleno monte. Construcciones en madera, autosuficientes, de entre 40 y 50 metros cuadrados con todos los servicios, y a diferencia de los chozos tradicionales, con ventanales para que entre la luz y poder disfrutar de las vistas que ofrece ese entorno, dentro del parque natural. «Los turistas no solo buscan cultura y gastronomía, cada vez quieren más comodidad y un contacto con la naturaleza, exclusivo y personalizado», explica el promotor.
Este complejo de pequeñas cabañas, cuya construcción se llevará a cabo tratando de minimizar el impacto y con materiales de la zona, es el objetivo último de la iniciativa que Abad ha denominado Costa del Oxígeno, expresión con la que se conoce a este rincón de la provincia. En realidad es el largo plazo del proyecto que también se marca acciones a medio y corto. La más inmediata, la instalación de dos o tres tiendas de glamping (fusión de las palabras glamour y camping) en algún paraje de la localidad, lo que él denomina «mínimo producto viable».
En este caso se trata de tiendas de campaña de unos 25 metros cuadrados que también ofrecen un gran confort al turista. «Siempre guardando las distancias entre ellas para poder aportar al cliente esa sensación de exclusividad y de experiencia única y diferenciada», explica Héctor Abad, que ya tiene pensados hasta mínimos detalles de su interior, como colocar un tocadiscos «con algún vinilo de La M.O.D.A., el grupo burgalés más conocido», añade en relación a esa personalización de su proyecto.
Viendo la acogida de estas tiendas de campaña de lujo, un segundo paso sería construir otros dos o tres alojamientos en una parcela familiar, en un ambiente más rural y con bonitas vistas. En este caso serían construcciones de madera, triangulares, más ambiciosas que las tiendas. «La idea es ir creciendo poco a poco, ver cómo funciona e ir invirtiendo en avanzar lo que el negocio vaya generando, ya que estamos ante una idea escalable tanto a nuevos alojamientos como territorios», afirma Héctor Abad, que parte de una inversión propia para comenzar a desarrollar su propuesta. En relación al tiempo, para el largo plazo se marca un mínimo de 3 años para empezar a construir en el entorno de las lagunas.
Economía y empleo. Con formación en Publicidad y Relaciones Públicas y con amplia experiencia en el sector del márketing digital e identidades de marca (ha trabajado 10 años en una multinacional líder del sector), Héctor Abad tiene claro que su proyecto debe de servir para generar economía circular ?en la zona. «Que los turistas que se alojen vayan a restaurantes y comercios del entorno. Incluso ya estoy pensando en acciones concretas y posibles colaboraciones, ofertas y experiencias para los futuros visitantes», detalla Abad, que también quiere hacer ver a los turistas que la zona no es para estar solo un sábado y domingo, sino que dispone de una amplia oferta cultural, natural, gastronómica, artística o histórica que bien merece varios días para descubrirla.
La puesta en marcha de este negocio, diferencial ya que no hay ningún tipo de alojamiento similar en la comarca, también supondrá la generación de empleo. Primero para su construcción, después de personas que se encarguen del mantenimiento, labores de recepción, limpieza y también de marketing y gestión de redes sociales. Y Héctor Abad encantado de poder fomentarlo, ya que otro de los aspectos que le han llevado a emprender este negocio es la posibilidad de dinamizar Quintanar.
También hará que deje Madrid y se instale en la localidad serrana, donde vive su abuela Lali, de 90 años, y es que poder pasar más tiempo con ella ha sido un factor fundamental para lanzarse a esta piscina, ya que antes ha tenido otras ideas de emprendimiento (relacionadas con autocaravanas, creación de APPs o un sushi españolizado) pero no ha llegado a decidirse por ninguna.
A este proyecto Héctor Abad le ha dedicado los últimos 14 meses y resultó segundo dentro del programa Greenweekend que organiza la empresa Enviroo. También ha formado parte del Programa Mentoring Emprendeverde de la Fundación Biodiversidad, en el que durante 4 meses ha ido avanzando en el proyecto gracias a encuentros con otros emprendedores y mentores.
Fuente original: www.diariodeburgos.es