Patrimonio Cultural

Puente de la Dehesilla (actualmente rehabilitado)

A la entrada del pueblo se encuentra el Puente de Dehesilla. Fue construido en el siglo XIV, por eso se cree que es altomedieval, pues está íntima mente ligado a las necrópolis descubiertas e incluso a los restos romanos conservados.

Las características del puente encajan bien con ésta época, aunque no es descartable una presencia ligeramente anterior. Lo que más contribuye a aumentar su antigüedad es el empleo del espolón muy largo, y su propia forma cúbica con capuchón de escamas.

Ruinas Romanas – Los Paredones

A tan sólo 600 metros del viejo puente, se hallan las ruinas romanas. Hay que citar aquí el puente romano de Riquejos junto a lo que llamamos “Los Paredones”. Los Paredones se encuentran junto al río Abejón, lo que según algunos, por la fábrica de sus muros de hasta cinco metros y por haber encontrado abundantes restos de tégula o teja plana, típica de las construcciones romanas, podría ser una mansión romana o más bien tardoromana del siglo IV.

Se accede tomando la carretera comarcal Palacios-Hontoria, desviándonos por el primer camino a la derecha, el cual seguiremos pasando por un puente hasta un cruce en forma de T invertida; tomaremos el camino de la derecha hasta que veamos dichas paredes en el interior de una finca. Para llegar a ellas deberemos saltar una valla, intentando bordear para no pisar los pastos del ganado.
Su puede hacer la ruta a pie, o en cualquier vehículo.


Iglesia de Santa Eulalia

La Iglesia Parroquial de Santa Eulalia data de finales del s. XVI y se construyó en estilo gótico-renacentista. Según todos los indicios, se levantó en el lugar que ocupaba otra anterior de estilo románico de principios del s. XIII, de la que se conserva gran parte de la torre. Esta hipótesis se apoya además en el labrado oblicuo de la piedra y en la aparición de varios canecillos entre las actuales bóvedas y el tejado. Los libros de fábrica con los que contamos hoy (Archivo Diocesano de Burgos) datan de 1.653 en adelante, por lo que no se puede constatar la fecha exacta de su construcción. La portada situada en la fachada sur del templo, es de estilo renacentista.

En su interior, se trata de una iglesia de tres naves, un poco más alta la central que las laterales, y más corta la del lado de la epístola, al ocupar ese espacio, la torre campanario.


A los pies de la Iglesia y a ambos lados del coro, se encuentran unas capillas cuadradas, con bóveda de terceletes la una, y la otra, dedicada a Baptisterio, con bóveda elíptica sobre pechinas, realizada en yeso blanco con decoración geométrica, típica del barroco del s. XVIII. Esta capilla estaba dedicada a San Antonio y en ella se encontraba el retablo rococó que actualmente se encuentra enfrente de la puerta de entrada de la iglesia. En esta misma capilla, actualmente se venera la talla del s. XVII del Cristo de Zalamea.

Este Cristo era el titular de la ermita del mismo nombre, hoy desaparecida. El púlpito es de piedra, realizado en estilo renacentista, decorado con casetones con motivos florales y cabezas humanas. Los retablos están repartidos por la Iglesia en número de siete. El retablo del altar mayor, es de pino dorado y policromado. Según consta en el Sagrario, que actualmente está en el altar de Sta. Ana, es de principios del s. XVII (1.620). En el interior se conservan también estelas medievales de la necrópolis del Castillo, y destaca también una pila bautismal románica.

Nuestra Señora del Arroyal:

La ermita del Arroyal fue construida en el siglo XVII. El templo es de planta rectangular y está formada por una sola nave.

El presbiterio se encuentra elevado con respecto al suelo de la iglesia. El tejado interior lo compone un artesonado de madera de pino de gran valor.

Junto a la ermita y protegiendo a ésta, se encuentra la vivienda sencilla del ermitaño. Al poniente de la ermita se sitúa lo que fue establo de ganado, donde se guardaba el rebaño de cabras del ermitaño, y en tiempos el que también fue rebaño de ovejas de Nuestra Señora.

La explanada de acceso a Nuestra Señora y a la casa del ermitaño, está apoyada en un muro de piedra formando un circuito cerrado que ha tenido la finalidad de ser la huerta del ermitaño; lo atraviesa un arroyo con agua permanente.

La obra de cantería de la ermita y la de ejecución del retablo del altar mayor, figuran en los libros parroquiales como ejecutada por Maestros Montañeses.

Gracias a los ermitaños que habitaron dicha vivienda y a la concordia que realizaron en el siglo XVII las parroquias de Palacios, Vilviestre y Moncalvillo de celebración de las fiestas mayores de la Virgen, podemos reconocer la gran devoción que ha existido por Nuestra Señora del Arroyal. Muy cerca de la pared este de la ermita, se encuentra una fuente de agua.