Patrimonio Natural

La Dehe sa


A la entrada de la Dehesa pasamos por la denominada Fuente Campana, cuyas aguas provienen del río
Abejón. En el Sur de la Dehesa, se encuentra un maravilloso Robledal que comprende los parajes denominados “La Umbría del Quemado”, “la Umbría del Pico”, “El Bercolar”, y “El Cascajo”. Se pueden encontrar animales en estado salvaje, vacas, ovejas, corzos, jabalíes, etc.

 

 

 

 

Matasalores


En Matasalores predominan los robles y los pinos, un buen lugar donde poder ver como ovejas pastan libremente y se refugian en las tenadas y los corrales que allí se encuentran. Tiene una fuente con pilón y habilitadas mesas y chimeneas para poder asar.

 

 

 

 

La Sierra


En La Sierra hay que destacar su denso pinar. Es un hermoso lugar con mesas y chimeneas de hormigón, donde se puede disfrutar de la naturaleza mientras se come, merienda o cena. También tiene una fuente.

 

 


Carrascal


Montecillo de matorral, de carrascas y de robles. El terreno es calizo, donde podemos encontrar grandes peñas. Destacan Peña de la Virgen y Peña de San Marcos, desde donde se divisa la Dehesa, el Arroyal, Campillos, etc. Es una zona de pasto de carácter comunal. Se encuentra defendido de forma natural por una plataforma calcárea que domina el río Abejón, existiendo en sus laderas algunas cuevas. En una de ellas han aparecido útiles de sílex, raederas, picos asturienses tallados en cuarcita y restos óseos pertenecientes al caballo salvaje, ciervo o reno, jabalí y diversas aves. En la superficie aparecieron molinos de mano y fragmentos de cerámica y sílex.

Las Torres


Es una formación rocosa moldeada por la acción conjunta del hielo, el agua, y el viento, originando grandes peñascos de diversas formas. Una de ellas en forma de torre, lo cual parece ser el origen del nombre.

 

 

 

 

Piscinas La Relumbrosa y su entorno


Por la carretera dirección Vilviestre del pinar, tras pasar el Hotel Villareal, cogemos el desvío a la izquierda y subimos a las piscinas. Lugar en medio del pinar en el que podemos disfrutar de un baño y alguna refrescante bebida en su bar. Solo abre en verano.

Próximo a las piscinas, se halla el lugar denominado “La Charca”,

un gran estanque que podemos visitar.

El Gurrero

Se accede desde las piscinas por una pista forestal y se halla a 8 Kms. En el, hay una serie de peñas, en las cuales existen algunas cuevas y existe también un precioso merendero con su fuente.

Las Calderas


Las suaves laderas que caracterizan la vertiente suroccidental de la Sierra de Neila esconden uno de los más bellos y significados tesoros paisajísticos de la provincia de Burgos: Las Calderas. Con este sonoro nombre se conoce un singular relieve en el que se suceden una serie de formaciones rocosas, esculpidas por el agua, el hielo y el viento, y dominadas por caprichosas figuras pétreas, encajados callejones, pequeños abrigos y profundas marmitas de gigante.

Justo en el límite de los términos municipales del Valle de Valdelaguna y Palacios de la Sierra y en el rincón más escondido de la vertiente suroccidental de la Sierra de Neila se localiza el paraje de Las Calderas. Sus llamativas formas exokársticas se han originado por la acción constante del agua, ayudada por el hielo y el viento, en las areniscas y pudingas cementadas por carbonato cálcico que afloran en la zona. Estas estratificadas rocas jurásicas —que se comportan de manera parecida a las de cualquier karst clásico— han dado lugar a una serie de espectaculares relieves que se descubren a lo largo de los primeros kilómetros del curso del arroyo Palazuelo. La erosión diferencial de los carbonatos ha creado rocas de caprichosos y
redondeados perfiles, excavado encajados barrancos, abierto estrechos callejones, creado extraplomadas cornisas y profundizado inaccesibles y redondeadas marmitas de gigante. Estas últimas formaciones geológicas están en el origen de la toponimia popular otorgada a la zona: Las Calderas. El agua del arroyo Palazuelo es también protagonista de este inusual paisaje y serpentea entre las rocas, salta en cascadas y se remansa en profundas y transparentes pozas. Además es en su corriente donde se localiza el más señalado representante de la fauna de Las Calderas: el desmán de los Pirineos. Así mismo en sus alrededores destaca la presencia de numerosos ciervos y de tres escasas aves: el acentor alpino, el verderón serrano y la perdiz pardilla. La vegetación de Las Calderas se va modificando según la altitud. En su parte superior, sobre los 1.880 metros, reinan los cevurnales y pastizales de alta montaña, que al ir descendiendo son sustituidos por piornales y brezales. Más abajo, en torno a los 1.600 metros, aparecen los primeros ejemplares de pino albar, que poco a poco se irán adueñando del todo el conjunto.



A Las Calderas sólo se puede llegar caminando. De todas las opciones posibles la mejor es la que parte de la misma orilla de la laguna Negra. En su extremo más alejado nace un sendero que asciende hasta lo más alto del circo glaciar. Una vez arriba hay que prestar atención para localizar la suave vaguada que desciende hacia el Suroeste y en la que muy pronto brotan las aguas del arroyo Palazuelo. Sin problemas se alcanza el llamado Paso de Las Calderas. Desde este punto empiezan a desarrollarse las espectaculares formaciones rocosas y lo mejor es caminar siempre dejando el arroyo a mano derecha. Una serie de veredas y hitos conducen a los más señalados enclaves del paraje. Para regresar hay que utilizar el mismo camino.

CÓMO LLEGAR

Desde el Puerto de El Collado, paso de montaña que comunica las localidades de Quintanar de la Sierra y Neila, hay que ascender —existen normas y limitaciones para el uso de vehículos— hasta la misma orilla de la laguna Negra. Desde su extremo más septentrional parte el sendero que asciende hasta la cima del circo glaciar del Campiña y busca la vaguada que desciende al encuentro del arroyo Palazuelo y del señalado paraje de Las Calderas.