Parece un caos… En el mismo edificio dos imágenes corporativas diferentes de la Diputación, propietaria del inmueble. Ocurre en el Real Monasterio de San Agustín. Aparece el escudo tradicional de la Diputación y otro más moderno que nadie ha aprobado. Un logotipo que lleva una década figurando en lugares y documentos y que parece no ser un problema para las diferentes Presidencias.
Para responder a las diferentes necesidades estratégicas, las empresas, instituciones del tipo que sean y administraciones públicas, se identifican con un logotipo, escudo o imagen que representa lo que identifica.
Todas las administraciones públicas, con el paso del tiempo, han ido modernizando logotipo atendiendo a criterios más modernos. Buscan dar un imagen moderna y cercana. Sobre ese icono se crean libros de estilo, manuales de uso, combinaciones de colores según vayan a representar a colectivos o sectores… Hay biblias de estilo.
Casi todas las administraciones públicas lo tienen porque la imagen de cada una ellas es un libro abierto que explica la esencia de lo que representa. El Ayuntamiento de Burgos lo hace, la Junta de Castilla y León lo tiene y todas las empresas, por pequeñas que sean, también.
Pero la Diputación de Burgos es una isla perdida en la mitad de ese océano. No ha sabido ir de la mano de los tiempos y cuando hay alguien que modifica un escudo para hacerlo más moderno sin pasar por la burocracia y el piso noble del Palacio Provincial pasa lo que ha pasado en la Institución.
¿Qué es lo que ocurre? Pues que, si bien la Diputación tiene su imagen corporativa definida en su web, en algunas instituciones de esta, en los bibliobuses, en edificios y en organismos diferentes aparece otro logotipo más moderno que nadie ha aprobado, pero que se coloca como tal, imagen de la Diputación, que no es la buena.
En algún cajón de un despacho de la Diputación existe el estudio de esa nueva imagen corporativa, los diferentes escudos en colores, tamaños y formas con las explicaciones técnicas correspondientes.
Pero hay más diferencias, porque la Residencia Universitaria de San Agustín luce otro escudo. Por ser realizado en piedra, la licencia artística permite cualquier modificación acorde al estilo. Este escudo, en lugar de una corona real, luce almenas de castillo, decoración propia de la etapa republicana española, e incluso en los primeros años del franquismo.
Y en quién o quiénes radican la supervisión de la imagen e identidad corporativa. La respuesta la da propia web de la Diputación de Burgos cuando en su apartado Gabinete de Presidencia dice: «La organización, elaboración, desarrollo y coordinación de los eventos protocolarios de carácter institucional, de la Presidencia así como de cualquier otro servicio o departamento de la Diputación, así como la supervisión de la imagen e identidad corporativa».
La falta de control que provoca esta disparidad de criterio ha llegado, por ejemplo, a la rotulación de los nuevos bibliobuses que presentan la imagen de la Diputación que nadie ha aprobado.
A pesar de que la Diputación tiene ese dispar criterio, sus organismos e instituciones dependientes, como Sodebur o Burgos Alimenta; el propio Instituto para de Deporte y Juventud (IDJ), Cross de Atapuerca, Vuelta a Burgos… cuidan especialmente esta imagen, fundamental para su proyección.
Reformas
La llegada hace nueve meses del nuevo presidente, Borja Suárez, ha traído consigo cambios en el Palacio Provincial. Cambios que se sustancia en la proyección de la provincia o en cargos de libre designación.
También en los edificios, como el propio Palacio Provincial que en unas semanas lucirá una moderna y funcional sala de prensa, una sala de comisiones limpia y diáfana y otras mejoras. Así que puede ser un momento oportuno para solucionar este pequeño caos de imagen de la Diputación Provincial de Burgos.
Fuente original: www.burgosconecta.es