Apicultores piden a la Junta medios para hacer frente al avispón asiático


Los apicultores del norte de la provincia expresaron ayer su preocupación por el avance del avispón asiático hacia la zona. Esta especie invasora que se alimenta de abejas ‘ganaba’ en el último año 70 kilómetros y llega ya a Guernica. Temen que, de mantener este ritmo, alcance el Valle de Mena el próximo año. Con todo, lo que más les inquieta es la desidia de la Administración regional que de momento no ha manifestado intención de tomar medidas para hacer frente al avispón.

Esta falta de «actitud», según indicaron, les hace sospechar que «van a dejar la solución en manos de los apicultores», lamentó Ángel Nava, productor. De hecho, ya se están organizando para plantar cara a este animal que se ha revelado en otras zonas del país, Francia, Alemania y Portugal como un cruel depredador. «En apenas tres horas, 20 o 30 avispones asiáticos pueden acabar con una colmena entera», apuntó Yolanda Martínez, presidenta de la agrupación de apicultores del entorno de Espinosa de los Monteros.

El alcalde de esta localidad, José Carlos Peña, iba más allá y alerta del problema de salud pública que va a suponer la entrada de esta especie. «Recoger nidos es muy peligroso, se precisa un traje especial más resistente que los habituales, atacan a los humanos cuando se sienten en peligro y escupen veneno por lo que no podemos consentir que vivan cerca de zonas pobladas. Además amenazan a las abejas por lo que afectan a la producción de miel y ponen en riesgo la polinización», explicó y reclamó respaldo de entidades «supramunicipales».

Al margen del temor que existe, los apicultores del norte de la provincia de Burgos destacaron la elevada calidad de la miel de brezo que producen. «La clave está en el escenario en el que se elabora esta miel: montes en los que no se precisan insecticidas ni plaguicidas», detalló Martínez, satisfecha, y aludió a los estudios de la Universidad de Burgos que avalan sus palabras.

Destacó además la buena ‘cosecha’ de este año ya que la humedad de la zona, alimentada por las nieblas y el rocío, permitía esquivar la intensa sequía que en otras zonas provocaba un descenso en la producción. Al respecto, la apicultora espinosiega cifró el incremento registrado en su caso en un 20%.

En conjunto, los productores profesionales del entorno alcanzan los 25.000 kilos de miel al año.

fuente: CB