Austeridad municipal

Proyectos ralentizados o que han vuelto a los cajones, obras inacabadas y dificultades para pagar los servicios marcan la recta final de una legislatura para olvidar.

Muchas libretas municipales están pasando un verdadero calvario económico.

Los tres últimos años han sido un auténtico calvario económico para unos alcaldes que afrontan los últimos seis meses de mandato haciendo encajes de bolillos para llegar a fin de mes • Con este panorama no es de extrañar que más de uno piense que habrá dificultades para encontrar candidatos a las alcaldías.

No está siendo esta una legislatura fácil para las entidades locales, en especial para aquellas que durante décadas vivieron tiempos de bonanza económica con la expedición de licencias de obras, que se convirtió en su principal fuente de financiación y que les llevó a asumir servicios y competencias de otras administraciones que ahora mantienen con no pocos sacrificios y dejando aparcados sine die ambiciosos proyectos.

Desde que comenzó la crisis, la austeridad preside las actuaciones de buena parte de los municipios burgaleses que, además de apretarse el cinturón, se ven incapaces de iniciar grandes proyectos si no es con la ‘garantía’ de las ayudas o subvenciones de otras administraciones… y menos cuando tan solo resta medio año para que concluya la legislatura y en mayo se celebren las elecciones.

Los tres últimos años no han sido un camino de rosas para muchos municipios, aunque casi todos los alcaldes afirman que han cumplido sus promesas electorales y que sus proyectos ‘estrella’ son ya realidad o lo serán en un breve período de tiempo, pero lo cierto es que en esta legislatura nadie ha lanzado a la aventura. Solo unos pocos alcaldes afirman, con bastante preocupación, que sus ayuntamientos están atravesando un mal momento económico, alguno incluso reconoce que tiene problemas para pagar la nómina a los funcionarios o para hacer frente al gasto corriente. En lo que todos coinciden es en señalar que este país tiene que resolver, tal vez se este el mejor momento, la financiación de unas entidades locales que han ido asumiendo competencias y servicios de otras administraciones sin tener garantizada su financiación.


Quién va a querer ser alcalde


Con las arcas vacías, los ingresos reducidos y sin margen de maniobra, la pregunta que se hacen todos es que ¿quién va a querer ser alcalde?, en especial en aquellas pequeñas localidades que no manejan importantes presupuestos y cuyos pequeños proyectos, pero para ellos grandes, dependen en exclusiva de las subvenciones de otras administraciones.

Con este negro panorama, lo que están deseando buena parte de los regidores municipales de la provincia es que acabe el calvario económico que ha supuesto esta legislatura, ninguno esperaba que fuese tan largo, y que de una vez por todas se resuelva el problema de la financiación de las entes locales, una asignatura que tiene pendiente este país y que ningún gobierno se atreve a afrontar.


Declaraciones


Palacios de la Sierra. «No vamos a poder terminar al completo el polideportivo»

El gran proyecto para esta legislatura era la construcción de un polideportivo donde había una pista deportiva, pero al final «no vamos a poder terminar la obra al completo, cubriremos la pista, pero no faltarán los vestuarios, baños y graderíos. Nos vamos a quedar con la estructura», manifiesta el alcalde, Julio Munguía, quien aprecia un recorte en las ayudas de la Junta y la Diputación, así como en los ingresos que reciben del Estado, «vamos a pagar con creces el Plan E», afirma. A pesar de que no podrán concluir el polideportivo, la situación económica del Ayuntamiento, comenta el alcalde, «está saneada porque hemos sido previsores y no hemos derrochando, aunque lo fácil es decir a todos los que vienen a pedir que sí».


Valle de Sedano. «Ajustamos los ingresos a los gastos y no tenemos déficit»

El gran objetivo de esta legislatura era concluir, o mejor dicho rematar, el centro de interpretación de la naturaleza del Valle de Sedano y ya se ha alcanzado con el acondicionamiento de la zona de aparcamiento y jardines, así como el vallado del recinto. El alcalde, Germán de Diego, es consciente de que en épocas como la actual hay que «ajustar los ingresos a los gastos y no tenemos déficit» y por esos no se embarcan en aventuras arriesgadas sin tener garantizadas las ayudas, motivo por el que han dejado la construcción de un edificio de usos múltiples o una residencia de ancianos para el próximo año, si llegan las subvenciones. Mientras, este Ayuntamiento bastante tiene con atender a las juntas administrativas en sus peticiones de mejora del abastecimiento de agua, pavimentaciones o parques infantiles.


Castrojeriz. «Hemos perdido el cien por cien de las ayudas». La rehabilitación del rico patrimonio que tiene Castrojeriz, iniciada hace unos años, se ha visto frenada de forma drástica y los proyectos previstos tendrán que esperar a mejores épocas, ya que como manifiesta la alcaldesa, Beatriz Francés, el ayuntamiento en solitario no puede acometer ninguno de ellos por su alto coste. La intervención en el Castillo, proyectada por la Fundación del patrimonio, y la de edificio del Casino, contemplada dentro de la tercera fase de urbanización de la calle Real, para la que solicitó ayuda a la Junta, quedarán pendientes para próxima legislatura. «Hemos perdido el cien por cien de las ayuda, apunta Francés, quien reconoce son necesarias las subvenciones, aunque sean pequeñas, para poder acometer cualquier tipo de actuación en un municipio, «que no llega al endeudamiento permitido», apunta la alcaldesa.


Alfoz de Quintanadueñas. «El secreto está en no endeudarse y tener cuidado con el gasto corriente». Otro de los ayuntamientos que en los últimos años ha experimentado un gran crecimiento urbanístico y por lo tanto importantes ingresos en concepto de licencias de obras ha sido el del Alfozn de Quintanadueñas, cuyo alcalde, Gerardo Bilbao, reconoce que «este año los ingresos por licencias se han reducido casi a cero». A pesar de ello el equipo de gobierno sigue adelante con los proyectos estrella para esta legislatura, una vez acaba la guardería, con el polideportivo, ampliación de la Casa Consistorial o la última fase del consultorio médico, «todo con financiación de la Junta, Diputación y el Estado, en este último caso para el proyecto de fibra óptica dentro del Plan E», apunta Bilbao, quien recuerda que no han tenido que recurrir a créditos y que en épocas de crisis, «el secreto de los ayuntamientos está en no endeudarse y tener mucho cuidado con el gasto corriente».


Merindad de Río Ubierna. «La situación esta muy mal y va a ser mucho peor». Raúl Martín Bellostas, alcalde de la Merindad de Río Ubierna, se muestra categórico a la hora de definir la situación de los ayuntamientos y afirma que «está muy mal y va estar mucho peor» porque los ingresos de los municipios, tanto los procedentes del Estado como lo propios, «se han reducido y ha aumentado la morosidad». A pesar del mal momento, el Ayuntamiento de la Merindad está sacando adelante los proyectos ‘estrella’ para esta legislatura, como la finalización del centro cívico-administrativo y consultorio médico de Sotopalacios o de las piscinas de Ubierna, a lo que hay que sumar pequeñas actuaciones en catorce juntas administrativas. Hasta ahora, la Corporación municipal ha ejecutado sus proyectos sin necesidad de recurrir a a ningún crédito, «pero lo tendremos que hacer para hacer frente a una indemnización a la que ha sido condenado el Ayuntamiento por una actuación de la anterior Corporación», afirma el alcalde.


Villagonzalo Pedernales. «Ni en los tiempos de bonanza somos autosuficientes». El crecimiento urbanístico experimentado por Villagonzalo Pedernales en la última década se vio frenado, como en otras localidades del alfoz, con la crisis del ladrillo y son los que más han acusado la falta de licencias de obras, hasta la crisis principal fuente de financiación de esos municipios. «No tenemos licencias, estamos muy apurados y hemos tenido que recurrir a los créditos», manifiesta el alcalde, Juan Carlos de la Fuente, quien considera que este es el mejor momento «para resolver los problemas de financiación de las entidades locales, que hemos asumido competencias de otras administraciones». Para los que queda de legislatura se ‘conforma’ con terminar los proyectos en marcha, como por ejemplo el consultorio médico o la urbanización de dos calles, «porque no podemos renunciar a ellos», así como concluir el edificio social que se inició con ayuda del Plan E del Estado.


Santa María del Campo. «Hacemos lo que podemos no lo que queremos». Como en otras muchas localidades de la provincia, en Santa María del Campo en esta legislatura han ejecutado, con fondos de la Diputación y del Estado, los proyectos para los que contaban con subvención y que tenían como objetivo mejorar la red de abastecimiento de agua. Además, también han restaurado uno de los tres arcos de la localidad y la iglesia, con lo que los objetivos del equipo de gobierno se están cumpliendo. «De momento no hemos dejado nada aparcado, pero no podemos emprender ningún proyecto nuevo», señala Ángel Pascual, alcalde de la localidad, quien con resignación espera poder acometer el asfaltado de tres calles el próximo año, si llegan las ayudas de la Diputación para ello, «porque sin ayudas no podemos emprender ninguna obra». Para financiar esta obras, el ayuntamiento recurrió a un crédito de la Caja de Cooperación de la Diputación, aunque el alcalde asegura que la situación económica municipal, de momento, no es mala porque los ingresos prácticamente siguen siendo los mismos que antes de la crisis, «y no tenemos problemas para efectuar los pagos». Pascual, como otro muchos alcaldes, espera afrontar la recta final de la legislatura haciendo frente al día a día, sin emprender ninguna aventura, «porque los alcaldes hacemos lo que podemos no lo que queremos».

«Bastante tenemos con mantener los servicios que prestamos y acabar las obras iniciadas, no podemos meternos en más barcos», afirma, a la vez que exige resolver el problema de la financiación local «porque ni en los tiempos de bonanza somos autosuficientes».


Villadiego. «No tenemos ningún crédito y hemos hecho todo lo previsto». El Ayuntamiento de Villadiego es uno de los ‘privilegiados’ de la provincia y su alcalde, Ángel Carretón, manifiesta con orgullo que «no tenemos ningún crédito», a la vez que afirma que todos los grandes proyectos previsto para esta legislatura se han materializado o lo harán en los próximos meses, como es el caso de auditorio situado en los bajos de las viviendas sociales que se han entregado. Para el auditorio, al igual que para la construcción de la depuradora, el Ayuntamiento ha contado con subvenciones de la Junta, mientras que para actuaciones en trece juntas vecinales se han destinado los planes provinciales. «Para hacer obras importantes hay que contar con subvenciones porque con los recursos propios no podemos hacerlos», declara Carretón, quien recuerda que no han subido los impuestos en esta legislatura, pero que han sido capaces de invertir en la reforma de las piscinas y polideportivo, así como en la construcción de dos depósitos.


Huerta de Rey. «Hemos vendido la madera un 40% más barata y dando facilidades de pago». «Las administraciones han recortado las ayudas y algunos proyectos que teníamos previsto han quedado aparcados, como por ejemplo la construcción de un depósito nuevo», manifiesta Antonio Muñoz, alcalde de Huerta de Rey, quien espera acometer en estos últimos meses, con ayuda del programa europeo de desarrollo Proder, el acondicionamiento del camino paralelo a carretera. A la falta de ayudas oficiales, en el caso de Huerta se suma la reducción de ingresos, en especial de los procedentes de la venta de la madera, «ya que la hemos tenido que vender un cuarenta por ciento más barata de lo que salió en su día y dando a los compradores facilidades de pago», asegura Muñoz, quien también apunta la drástica reducción de los ingresos por licencias de obras.


Pradoluengo. «Vamos justos hasta para pagar la nómina de los trabajadores». A la mala situación económica que viene arrastrando el desde la pasada legislatura el ayuntamiento de Pradoluengo se ha sumado la crisis por la que atraviesa el sector textil y en la villa el panorama es bastante preocupante, como manifiesta el alcalde socialista Miguel Ángel Echevarría, quien reconoce que el municipio tienen problemas de liquidez, «y vamos justos hasta para pagar la nómina a lo trabajadores». Además, el actual equipo de gobierno se ha encontrado con numerosos problemas en las infraestructuras municipales, la depuradora y el emisario, a pesar de ser nuevos, no funcionan y con servicios que son competencia de otras administraciones, «que asumió el ayuntamiento y tenemos que pagar». La inversión el teatro «nos ha dejado esquilmados y tardaremos años en recuperarnos», afirma Echevarria, quien agradece la colaboración de algunas asociaciones pradoluenginas a la hora de organizar actividades «porque nosotros no podemos».

 

fuente: DB