Un polémico método de extracción de gas no convencional -aquel que no se encuentra en bolsas, sino adherido a las rocas-, que durante los últimos años ha sido criticado y hasta suspendido en algunos países por su potencial daño al medioambiente, llega ahora a España. Es el fracking, una técnica que supone la inyección de agua a presión mezclada con sustancias químicas para romper las rocas y liberar el gas adherido a ellas. Cantabria y País Vasco son las dos comunidades que tienen ahora proyectos avanzados de fracking en España.
En Cantabria, una reunión el pasado lunes pretendía ser aclaratoria. De un lado, el director facultativo de Repsol Investigaciones Petrolíferas, Luis Gómez; del otro, una docena de alcaldes de poblaciones situadas en las 74.628 hectáreas –una zona denominada Luena– concedidas por el Gobierno cántabro a la multinacional española para explorar yacimientos de gas mediante fracturación hidráulica.
Pero si la iniciativa de Repsol era tranquilizar a estos municipios, no está claro que lo lograra. Varios días después, Pablo Gómez, el alcalde de Arenas de Iguña, no las tiene todas consigo: «Queremos que nos cuenten toda la verdad. Necesitamos garantías de que no van a hipotecar nuestro futuro», comenta el regidor de la localidad cántabra a 20minutos.es. Repsol aseguró a los alcaldes que contaban con la supervisión gubernamental, que crearían puestos de trabajo y que las posibilidades de un incidente medioambiental, según escuchó el alcalde de Arenas, «son como las de un avión, sin que por ello deje de ser el medio de transporte más seguro».
Queremos que nos cuenten la verdad y tener garantías de que no hipotecarán nuestro futuro
A Gómez no le acabaron de convencer. Sobre todo porque esta «transparencia» de la que presumía Repsol al convocar la reunión, choca con el silencio del Ministerio de Industria a una solicitud de información sobre el fracking y el proyecto para Luena que realizó el propio alcalde hace 15 días. «Aquí somos medianamente inteligentes; si actúan con este ocultismo, sospechamos», apunta. «¿Que han frenado la fracturación hidráulica en otros países? De eso no nos comentaron nada», comenta el regidor de este municipio de 1.900 habitantes.
Aún así, los alcaldes acudieron a la reunión porque querían confrontar la información que ya poseían a través de médicos oncólogos, ingenieros agrónomos, asociaciones vecinales y grupos ecologistas. Unos datos procedentes de Estados Unidos o del Reino Unido, donde incluso se achaca al fracking la indución de terremotos por la inyección de agua a 5.000 atmósferas de presión para romper las rocas y liberar el gas; alertan de la contaminación de los acuíferos por componentes químicos no especificados; y estudios oficiales del estado de Colorado advierten de una cantidad liberada de metano (cercana al 4%) supuestamente mayor al límite establecido para la prospección de hidrocarburos.
A principios de marzo, las autoridades del estado de Ohio aseguraron que la extracción de gas natural mediante fracking había provocado un seísmo de 4 grados en la escala Richter. Y en noviembre de 2011, la compañía Cuadrilla Resources, que opera con la misma técnica en Reino Unido, reconoció ser responsable de los tremores que surgieron a causa de sus exploraciones en la ciudad de Blackpool.
Euskadi también da explicaciones
La Administración vasca también se ha visto obligada a dar explicaciones. El Consejero de Industria vasco, Bernabé Unda, compareció el pasado martes en el Parlamento de Euskadi para detallar el proyecto ‘Gran Enara’; una superficie prospectiva de 1.400 kilómetros cuadrados en la llanada alavesa, donde se ha concedido un permiso de exploración de gas no convencional a un consorcio formado por EVE (el Ente Vasco de Energía), la empresa norteamericana Heyco Energy y Cambria Europe.
Xabier Garmendia asegura que los riesgos asociados a la exploración «son irrelevantes»El lehendakari Patxi López publicitó el hallazgo de gas no convencional en tierra vasca, a finales de 2011, en uno de los campos de extracción que Heyco Energy posee en Dallas (Estados Unidos). Y se ofrecieron más cifras: 185.000 millones de metros cúbicos de gas natural (el consumo de gas en Euskadi en 60 años) que estarían valorados en 30.000 millones de euros. Pero se evitó en todo momento pronunciar la palabra maldita: fracking.
Tras la comparecencia en el Parlamento vasco, el viceconsejero Xabier Garmendia aseguró que los riesgos asociados a la exploración «son irrelevantes». Una visión que no comparte, por ejemplo, José Ignacio Santidrián, cirujano oncológico del Hospital de Cruces de Bilbao, que ha presentado alegaciones al proyecto Gran Enara: «La prospección a través de fracking produce afecciones respiratorias e incluso aparición de tumores», comenta Santidrián.
Su estudio no puede ser más alarmante. Habla de movilización de materiales radiactivos, de cáncer de pulmón causado por el radón y detalla una tabla de sustancias químicas que se pretenden usar en el sondeo de Enara. «Al menos seis de ellos producirán efectos carcinógenos, otros seis son mutágenos, quince afectan a la piel o al sistema respiratorio…», expone Santidrián en su documento.
Informe negativo de la UE
El Parlamento Europeo alerta de consumo de terrenos, sustancias radiactivas y contaminación de acuíferos«Las palabras de Garmendia nos parecen una tomadura de pelo, sobre todo conociendo lo que ha pasado en EE UU y lo que dice el Parlamento Europeo«, comenta por su parte Josué Bilbao, miembro de la Asamblea contra la Fractura Hidráulica. El documento comunitario que señala Bilbao («Impactos de la extracción del gas no convencional en el medioambiente y en la salud humana«) se emitió en junio de 2011 en base a los 40 años de experiencia con el fracking en Estados Unidos.
El estudio comunitario, pese a no ser vinculante a los Estados Miembros de la UE, alerta de consumo de amplios terrenos, cambios paisajísticos, sustancias radioactivas y contaminación de acuíferos. «Es bien conocido que puede provocar terremotos», reconoce el informe. Y no solo seísmos. En el estado de Colorado, en Estados Unidos, los investigadores del Colorado School of Public Health han encontrado en el aire cercano a los pozos de fracking unos niveles preocupantes de hicrocarburos como benzeno, etilbenzeno y tolueno.
En su apartado de conclusiones, el Parlamento Europeo instaba a que los países de la UE incorporaran a su legislación enmiendas específicas sobre la fracturación hidráulica. La Comisión de Energía encargó a la firma Philippe & Partners un informe sobre la situación legal de estas prospecciones en Europa. Pero aquel despacho de abogados, en su informe del 8 de noviembre, concluyó que no era necesario introducir normativa específica para el fracking.
En Francia, Bulgaria, Países Bajos e Irlanda del Norte se ha establecido una «moratoria» hasta tener más información sobre los riesgos de esta técnica de extracción de gas. Un método que se ha desarrollado en Estados Unidos desde hace 40 años y que el propio presidente Barack Obama se encargó de alentar en su último mensaje a la nación bajo la premisa de la creación de 600.00 trabajos potenciales.
Alivio de la dependencia energética
La producción de gas en Europa, según datos comunitarios, lleva en declive desde hace varios años y se espera que se reduzca otro 35% hasta 2035. Sin embargo, la demanda energética aumenta cada año. «La dependencia exterior de los hidrocarburos en España es del 99,8%. Tenemos que asumirlo. Y si gobiernos autonómicos como el de Euskadi han aprobado estos proyectos de exploración de gas no convencional, es porque pesarán más los pros que los contras», comentan fuentes de Repsol. La compañía, aparte de la concesión de Luena, también participa al 40% en un consorcio liderado por Gas Natural en dos zonas más: Bezana y Bigüenzo, ambas con una extensión aproximada de 90.000 hectáreas al norte de Castilla y León y al sur de Cantabria.
Si Euskadi lo ha aprobado es porque pesarán más los pros que los contrasPero el argumento de la multinacional española sobre la dependencia energética lo rebate la UE. En el estudio del Parlamento Europeo se explica que «las fuentes de gas no convencional son demasiado pequeñas para influir en la tendencia» de disposición de hidrocarburos en Europa. Repsol confirma a 20minutos.es que hace un año pidieron permiso para explorar el subsuelo en Jaén y Córdoba mediante fracking, pero los estudios previos determinaron que la concentración de gas no convencional era demasiado pequeña para rentabilizar una explotación.
«¿Cómo no van a ver aspectos positivos en Repsol, siempre que les de dinero?», se pregunta Javier Chicote, ingeniero agrónomo, auditor ambiental y vecino de Palacios de la Sierra, una localidad burgalesa afectada por el área de prospección. «Los peligros del fracking son de gran magnitud: contamina acuíferos, expulsa metano a la atmósfera, usa más de 500 productos químicos -algunos cancerígenos y radiactivos-… no nos interesa el enriquecimiento de una multinacional a costa de destruir la riqueza medioambiental y la salud«, afirma Chicote, quien también es responsable de la Coordinadora Montes Vecinales.
En España aún no existen pozos de fracturación hidráulica en funcionamientoEn España aún no existen pozos de fracturación hidráulica en funcionamiento. El proyecto más avanzado es Gran Enara, que sin embargo no ha comenzado la extracción porque el período de maduración de una explotación de gas no convencional dura aproximadamente seis años. Y solo a partir del tercero puede comenzar el sondeo en un punto específico.
El resto de los proyectos permanece en fase de «campaña sísmica». En el caso particular de Arquetu, un área de 24.876 hectáreas otorgada por el Gobierno cántabro en abril de 2011 a BNK Petroleum -compañía norteamericana con amplia experiencia en fracking que opera en España con su filial Trofagas- consiste en la apertura de cuatro pozos de entre 1.000 y 2.000 metros de profundidad. Un proyecto que actualmente está en suspensión cautelar por el recurso que presentó la Mancomunicad de Saja-Nansa el pasado 8 de agosto.
La exploración de Repsol en Luena -un área que ocupa el sur de Cantabria y el extremo noroeste de Burgos- se realizará en el tercer o cuarto año (2014/2015) transcurrido desde que en enero de 2011 se le concediese la titularidad del área. Cada trabajo posterior (incluida la extracción) requerirá un permiso extra por parte de Industria y una declaración de impacto ambiental que, hasta la fecha, no ha sido necesaria.
Sin declaración ambiental
«Esa es precisamente nuestra pregunta: ¿por qué no se ha hecho una Declaración de impacto ambiental?», se lamenta Julio Barea, responsable de la campaña de Energía y Residuos de Greenpeace España. 20minutos.es intentó contactar con Medio Ambiente para conocer los requisitos medioambientales de la explotaciones mediante fractura hidráulica, sin obtener respuesta.
Una prospección mediante fracking genera los mismos problemas que la explotación«¿Qué sentido tendría hacer ahora un estudio ambiental si no conocemos el área específica donde están los recursos?», alegan desde Repsol. La empresa argumenta que ahora solo van a hacer una «biopsia» al subsuelo, un sondeo de 300 metros de profundidad para analizar la cantidad de gas y la rentabilidad de la explotación. «¡Pero es que una prospección mediante fracking genera los mismos problemas que la explotación!», protesta Barea. «El mismo pozo que se crea para el sondeo, se reutiliza después para la extracción. La exploración es una extracción a menor escala», añade Javier Chicote.
La información que en esta primera fase han facilitado empresas como Repsol, Gas Natural o Trofagás solo es una memoria denominada «Medidas de Protección Medioambiental y Plan de Reestructuración» que, a diferencia de las Declaraciones de Impacto Ambiental, no requieren de una exposición pública para escuchar alegaciones al proyecto. «Este documento es una mera declaración de intenciones», afirma Josué Bilbao.
Lo que es indudable, es que si la exploración muestra grandes cantidades de gas pegado a las rocas del subsuelo, la Administración tendrá que tomar una decisión sobre la explotación de estos yacimientos de gas no convencional. Y la única forma de sacar este gas a la superficie… es con el temido fracking.
Fuente: 20minutos
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