El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) ha accedido por fin a desvelar el que hasta ahora era uno de los secretos mejor guardados en torno a la presa de Castrovido, la duración de la fase de puesta en carga, una operación necesaria para disponer por fin al 100% de esta infraestructura que deberá comenzar de cero. Y no será antes del otoño de 2026, siempre que no surjan más problemas y que la naturaleza sea generosa en lo que a precipitaciones se refiere.
Quienes han conseguido sonsacar este dato al Miteco han sido los tres senadores del Partido Popular por Burgos, Javier Lacalle, Salvador de Foronda y Raquel González, en una nueva pregunta sobre la situación de una infraestructura clave para regular las avenidas en la cuenca baja del río Arlanza. Si bien la obra civil se terminó en diciembre de 2020, una vez iniciado el llenado en pruebas -se llegó al 11%- se detectó un sumidero por el que se filtraba el agua. Inicialmente uno, porque en la respuesta que han recibido los parlamentarios burgaleses se habla en plural de los «sumideros existentes en la cuenca del arroyo Vaquerizas», un afluente del río Arlanza por su margen derecha, que lleva agua de forma intermitente, entre Terrazas y Monasterio de la Sierra.
Las obras de sellado se adjudicaron en diciembre de 2022 por algo más de 3 millones de euros y con 15 meses para su ejecución. Aunque tenían que haber concluido en unos días, «la complejidad técnica de la actuación y la climatología previsiblemente obligarán a ampliar el plazo en algunos meses», explicaron desde la Confederación Hidrográfica del Duero a este periódico a mediados de enero.
En esa respuesta, la CHD estimaba julio como fecha de conclusión de los trabajos en curso. Ahora no se facilita ningún plazo a los senadores del PP, a los que se les remite a la finalización «de los trabajos de emergencia mencionados anteriormente» y la confirmación «de que no existen más pérdidas de agua» en el vaso principal y en los alrededores. Para ello, Tragsa ha sacado a licitación la contratación por 420.000 euros de la auscultación de la presa, una inspección extraordinaria que incluye un informe previo al inicio del llenado para constatar que todos los sistemas de la presa funcionan, recorrer el vaso principal revisar y el entorno del río Arlanza aguas abajo en busca de «eventuales humedades o fuentes, así como movimientos de taludes», según se detalla el pliego.
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