Tras arreglar la plaza hace dos años, el alcalde de Zazuar tiene muy claro que, en la segunda legislatura, que además será la última en el Ayuntamiento, el objetivo es proteger las bodegas subterráneas, un legado histórico que preocupa por su estado. “Las bodegas son maravillosas, pero hay un deterioro evidente y tenemos que actuar ya”, apremia Agustín Villa Hernando.
Como primer paso, el primer edil se va a reunir con la Asociación Cultural El Milano para analizar la situación y ver cómo se puede enfocar. Entre las medidas, el alcalde considera fundamental partir de un estudio, como ya han hecho otros pueblos, como Castrillo de la Vega o Sotillo.
Según detalla, Zazuar cuenta con 48 bodegas señalizadas, cada una con su nombre, pero el entramado crece hacia abajo y ahí la conservación se complica, porque muchas ni siquiera se sabe a quién pertenecen. “En el siglo XVI había cerca de cien bodegas, pero muchas se han ido hundiendo”, advierte, decidido a llamar a todas las puertas que haga falta para evitar que se repita este desenlace. “Vamos a buscar ayudas tanto en la asociación ADRI Ribera del Duero burgalesa, como en Diputación y Patrimonio, y espero tener suerte, porque la zona de bodegas es el epicentro de la vida social de Zazuar. En verano es una gozada. Hay un ambiente increíble”, explica, a sabiendas de que también hay que arreglar la superficie, como los bancos y mesas que se han ido rompiendo por el uso.
En estos cinco años y medio como alcalde, Agustín hace un balance positivo. “Hace dos años logramos remodelar la plaza, que estaba muy mal y ha quedado muy bonita, y estamos contentos porque, además, la gente respeta la señal y nadie aparca con el coche. Por otro lado, remodelamos la zona deportiva de las Eras y ha quedado fenomenal. La zona polideportiva, que antes era de cemento, ahora tiene césped artificial. Además, la hemos completado con una pista de pádel, un basket street, de 3 contra 3, y una pista de vóley playa con arena… En verano está lleno”.
No duda: “En Zazuar se vive muy bien”. Sabe de lo que habla. Antes de jubilarse, era ingeniero industrial. Nació en Barcelona, donde vivió hasta que terminó la carrera universitaria, y luego se desplazó primero a Albacete y después a Madrid, pero el pueblo de su madre fue el que le vio crecer cada verano. “Cuando me jubilé, me vine a Zazuar y estoy feliz. Me gusta el paisaje, la arquitectura, la gente y el día a día”.
Y aunque todavía quedan tres años hasta que lleguen las próximas elecciones, ya ha decidido que no se volverá a presentar. “Cuando llegue ese momento, ya tendré 75 años. Hay que dar paso a la gente joven y espero que en ese nuevo equipo haya algún agricultor, porque Zazuar vive de la agricultura y creo que debe estar representada”.
La experiencia como alcalde, por el momento, es buena. “Es verdad que te llevas malos ratos, pero me quedo con lo bueno, que también lo hay, cuando logras hacer algo bueno para el pueblo. Además, ser alcalde es una gimnasia mental, porque te obliga a estar muy activo y en muchos frentes”.
Ribera Voluntaris
Agustín es, sin duda, un hombre comprometido. Fue el primero en apuntarse, en el año 2017, a participar como guía en el programa ‘Te Enseño Mi Pueblo’ de Ribera Voluntaris, que desarrolla la asociación para el desarrollo ADRI Ribera con el fin de poner en valor el turismo en el mundo rural. “La verdad es que es una iniciativa que funciona. De hecho, en el ranking de los pueblos más visitados, Zazuar es el tercero. La gente sale contenta y yo más. Aquí hay mucho que ver”, anima.
Fuente original: www.elcorreodeburgos.com