El silo más grande de Castilla y León, en Burgos, digital y sostenible

La empresa segoviana Octaviano Palomo, con 70 años de historia, inició en 2020 un plan estratégico de crecimiento que le llevó a adquirir varios silos de la Red de Silos que tenía el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, los cuales estaban en desuso. Uno de ellos fue el silo de Pancorbo, que destaca dentro de la comarca burgalesa por su inmenso tamaño y su gran capacidad de almacenamiento. De hecho, este silo es el más grande de Castilla y León y el tercero del país, y hoy sobresale también por ser uno de los «más modernos de Europa», tras el proceso de digitalización que llevó a cabo la empresa cuando lo adquirió.

Tal y como recuerda el CEO de Octaviano Palomo, Pedro Palomo, el silo de Pancorbo es uno de los últimos que se hizo en España, y por lo tanto ya era de los más modernos del país. Esta modernización se ha visto incrementada estos últimos años, gracias a la inversión de esta empresa segoviana para transformar el silo en unas instalaciones completamente automatizadas.

Construido en 1977, hoy este macrosilo puede presumir de ser un gran centro de distribución de cereal, semillas y fitosanitarios para la zona norte de España. Destaca así como un punto de almacenamiento y distribución de cereales, y además está diseñado para ofrecer al agricultor de la zona norte de Burgos, Rioja y País Vasco servicios de asesoramiento agronómico integral, con los objetivos de optimizar rendimiento en el campo, buscar soluciones óptimas para la prevención y erradicación de amenazas para la cosecha o seleccionar semillas.

Con una capacidad de almacenamiento de 30.000 toneladas, que se amplía en 20.000 más gracias a las cinco naves horizontales que construyó la compañía a su llegada, le otorgan una capacidad total de 50.000 toneladas de almacenamiento. «Apostamos fuerte por esta zona porque para nosotros Burgos tiene muchísimas posibilidades», afirma el CEO de Octaviano Palomo, que defiende la posición geográfica de esta provincia como «nudo estratégico», así como las capacidades de almacenamiento de las que dispone este gran silo.

Asimismo, explica que este silo se constituye de 63 celdas o almacenes verticales, lo que le aporta una «versatilidad muy grande». «Podemos hacer todo tipo de mezclas para que la calidad final sea exactamente con los parámetros que previamente hemos dispuesto dentro de la digitalización y las posibilidades que tiene de funcionamiento», apunta.

Palomo narra que la actividad que realiza su empresa tiene «dos vertientes». Por un lado, la que denomina como «vertiente de agri», con la cual dan servicio a la agricultura de la zona. «Suministro de semillas, fitosanitarios, fertilizantes, tratamientos agronómicos, asesoramiento agronómico…». A esto se suma su actividad como terminal logística, dado que esta instalación les sirve para poder almacenar, acondicionar cereales y materias primas con la que trabajan en este silo, bien para exportación o importación. De hecho, dentro de sus instalaciones, el centro cuenta con su propia terminal ferroviaria, lo que les permite cargar y descargar tolvas de ferrocarril directamente.

«Encaja con el futuro de la empresa», señala el director general de Octaviano Palomo, que recuerda que por las directivas europeas y con el objetivo de reducir emisiones, este es un transporte alternativo al que «no le quedará más remedio que crecer», porque a día de hoy «la utilización que se hace en España es muy reducida».

En el silo de Pancorbo trabajan de forma directa unas siete personas, y esta cifra aumenta a 50 personas al hablar de puestos indirectos. «Al tener la instalación muy digitalizada, hace que se pueda trabajar con menos personas, pero luego damos mucho trabajo indirecto a sectores como el transporte, talleres, hostelería, etcétera, de la comarca».

De hecho, esa empresa familiar tiene muy en mente la importancia de Castilla y León como productora de cereales, y destaca su «potencial de crecimiento». Cuentan con instalaciones en Abades, Cuéllar y San Cristóbal de la Vega, en la provincia de Segovia, pero también en Arévalo (Ávila), así como distintos almacenes en las zonas de Valladolid y Condado de Treviño (Burgos).

«Creemos que Castilla y León tiene mucho potencial y nosotros potencial de crecimiento aquí, pero trabajamos en otras regiones de España y otros puertos de forma activa», señala Palomo, que destaca así lo importante que es para la compañía la logística y el movimiento de mercancías de una zona a otra del país, e incluso con otros países. Asimismo, indica que como empresa «crecen cada año», y esperan mantener ese «crecimiento positivo» en los próximos años. Dentro de su línea de crecimiento, su objetivo es llegar a los 250 millones de euros.

Reducción de la huella de carbono

Una de las líneas más importantes dentro del Plan Estratégico de Octaviano Palomo se centra en la sostenibilidad, y para ello desde la compañía trabajan en diferentes iniciativas y propuestas. Uno de sus grandes objetivos se centra en la reducción de la huella de carbono, porque consideran que, como empresa, tienen que «concienciarse y contribuir» a reducir su huella de carbono en las actividades que realizan.

Palomo resalta que este año ya se ha reducido en un 15 por ciento aproximadamente y su objetivo es llegar, en un plazo de seis o siete años, a que su huella de carbono sea «completamente neutra». Para ello, su departamento de calidad trabaja en actividades alternativas que permitan compensarla, y avanza que es posible que se acorten estos plazos que barajan y «antes de cinco años» lograr un impacto cero. «Es necesario para todas las empresas tener esa concienciación de impactar lo menos posible en las actividades y tener una menor emisión de CO2», añade.

Asimismo, dentro de su compromiso con la sostenibilidad, la empresa implantará, «posiblemente este 2024», placas solares en las nuevas naves que facilitarán el autoconsumo. Asimismo, explica que la instalación «tiene un plan de eficiencia energética y cualquier orden que damos al ordenador principal nos propone la opción más eficiente energéticamente», señala Palomo.

Esto les ha permitido reducir «más de lo que pensaban» la factura de la electricidad y consideran que es una manera «muy buena de ahorro». «Es un ahorro eficiente, no va en detrimento de una mejor utilización de las instalaciones, sino simplemente en la optimización de ese uso», apunta.

Además, teniendo en cuenta los continuos cambios de temperatura que están afectando a las producciones agrícolas, y en especial a la producción de cereal, su empresa está trabajando junto con las empresas de semillas en la producción de «semillas resistentes a cambios climatológicos extremos», para producir semillas «más resistentes a los cambios climáticos», para que «aguanten mejor el exceso de agua o las bajas temperaturas».



Fuente original: www.diariodeburgos.es