Las mujeres de Pinares defienden su lugar en sectores masculinizados

Hay seis mujeres en la plantilla de vigilancia medioambiental de soria y cuatro están en Pinares. Los sectores más masculinizados del mundo rural ya aceptan a mujeres. La Cámara de Soria está presidida por Pilar Sánchez Barreiro, la primera de Castilla y León y la tercera de España. Existen varios programas de apoyo a las mujeres empresarias.

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Un año más se celebra el día de la mujer trabajadora en una jornada que pretende ser punto de referencia para la igualdad de oportunidades y trato en el ámbito laboral, sin importar el género de las personas. Aunque todavía queda mucho por hacer en cuanto a las diferencias salariales, la inestabilidad laboral (la mayoría de mujeres optan por trabajos a tiempo parcial que compaginan con el cuidado familiar) y la falta de oportunidades, que se refleja, por ejemplo, en los últimos datos del paro, son varias las entidades que desarrollan programas y acciones dirigidas a mejorar la situación de las féminas en el mercado laboral, como las Cámaras de Comercio.

Al respecto, la Cámara de Soria ha recibido el galardón de la Asociación de Mujeres Antígona como reconocimiento a entidades o personas relevantes en la lucha contra la violencia y por la igualdad. Este trabajo se traduce en el desarrollo de diversos proyectos, el Premio a la Mujer Empresaria, charlas y jornadas informativas dirigidas a conseguir la igualdad laboral, o la puesta en marcha del PAEM, el Programa de Apoyo Empresarial a Mujeres, entre otros.

Esta última iniciativa tiene como propósito ser una herramienta eficaz para la creación de empresas lideraras por mujeres, acompañándolas en todo el proceso, “desde que se inicia la inquietud emprendedora, se desarrolla una idea de negocio, un plan de modernización o ampliación de la empresa ya constituida”, explican desde la entidad cameral soriana. Se trata de acompañarlas en cualquier fase de su proyecto, tanto en el inicio de la idea, como en la puesta en marcha y consolidación.

Los datos hablan por si solos en las dos provincias que conforman la comarca de Pinares. En Soria se han registrado en el PAEM hasta 1.275 usuarias, de las cuales 270 son empresarias y más de mil, emprendedoras. Además, este programa ha contribuido a la creación de 339 empresas, dirigidas en femenino.

Ocurre lo mismo en Burgos, donde la Cámara de Comercio cuantifica que en hay registradas unas 1.784 usuarias, de las que 131 se inscribieron el año pasado y 36 durante los meses de enero y febrero de este año. En cuanto a creación de empresas, en 2010 fueron 69 y en estos dos meses de 2011 se ha creado una docena de firmas. Al calor del PAEM de Burgos han nacido un total de 838 empresas de mujeres.

Si bien es cierto que existen estos y otros apoyos para que las mujeres se acomoden en el mercado laboral español, la realidad es que no es tan fácil.

Mujeres rurales. Existen sectores altamente masculinizados donde la presencia de la mujer es todavía mínima y es de reconocer la valentía de aquellas que se han decidido a romper esa barrera. En el caso de las mujeres rurales, esta situación es todavía más complicada.

Este es el caso, por ejemplo, de los trabajos forestales, tanto los de vigilancia como los relacionados con los aprovechamientos del monte, tal como la corta de madera y la ganadería, entre otros. Aunque desde siempre han participado activamente en estos trabajos directa o indirectamente, las mujeres no han estado reconocidas laboralmente, ya que su función principal era la de cuidar a la familia. “Desde pequeña iba con mi padre al monte, con el ganado y demás. He trabajo desde pequeña en ello, pues era lo que te enseñaban y nunca lo he dejado. Sigo echando una mano a mi hermano con las vacas y cortando y cargando leña”, cuenta Raquel Munguía, vecina de Palacios de la Sierra. Esta mujer lleva más de 20 años trabajando, la mayoría en trabajos forestales. Ya casi nadie presta atención al ver que se trata de una fémina y son muchas las que participan en talleres relacionados con las tareas del monte, pero lo cierto es que este sector sigue estando ocupado por hombres en su gran mayoría.

El sector de la madera sigue siendo un hueso duro de roer para ellas, pero lo cierto es que en las principales empresas madereras pinariegas hace años que trabajan mujeres, aunque su representación no suele superar el 20 por cien de la plantilla. Algunos ejemplos son Puertas Norma, Amatex, con once mujeres entre 77 hombres o Unopan, donde una docena de féminas comparten empleo con 63 varones, segúnd atos del año pasado.

El caso de la vigilancia medioambiental es similar, aunque son ya décadas las que separan a las actuales trabajadoras de aquellas pioneras que en los años ochenta rompieron el muro de discriminación que les impedía optar a estos puestos. La comarca de Pinares es una de las que más mujeres tiene velando por la seguridad de sus montes .

De las cinco agentes medioambientales que hay en la provincia de Soria, cuatro están en la comarca, dos en San Leonardo, una en Vinuesa y otra en Duruelo de la Sierra. Hay, además, una celadora en San Pedro Manrique y otra agente medioambiental en la misma zona de Tierras Altas. Son seis mujeres de un total de 22 celadores en reserva y 98 agentes, según datos de la Junta de Castilla y León.

Han pasado casi 30 años desde que la primera mujer consiguiera una plaza en el monte y todavía existe una clara desigualdad numérica en cuanto al género, si bien antes era impensable la presencia femenina en estos ámbitos. Pero la lucha continúa y en otros sectores, como el comercial o el de servicios, las mujeres tienen la sartén por el mango y cuentan con una amplia representación.

Sector servicios. En el mundo rural, como los municipios pinariegos, donde la falta de oportunidades se agudiza con la crisis respecto a otros lugares más urbanizados, y donde los trabajos del campo siguen ocupados, mayoritariamente, por varones, los servicios ofrecen una motivadora oportunidad para ellas. Además del sector hostelero, donde se encuentran infinidad de ejemplos, el sector geriátrico (residencias y a domicilio) ha sido una vía de escape para muchas mujeres, pues estas plantillas femeninas casi en su totalidad, como ocurre en la residencia Cuna del Duero, de Duruelo de la Sierra, con 16 mujeres y un solo hombre. El ritmo es lento y el camino largo, pero volviendo la vista atrás se reconocen los avances conseguidos en materia de igualdad.

Y el trabajo debe continuar.

SILVSilvia_GomezIA GÓMEZ – EMPRESARIA Y PELUQUERA

En diciembre de 2010, Silvia Gómez abrió las puertas de una nueva peluquería en la localidad de Duruelo de la Sierra. Su ilusión desde siempre era crear una empresa en su pueblo natal y lo logró. Dejó su trabajo en la capital soriana y se embarcó en una nueva etapa de su vida. Por ser mujer reconoce no haber tenido ningún problema a la hora de poner en marcha su negocio. “Al revés, creo que hay muchas ayudas para las mujeres que quieran ser emprendedoras, y más aún siendo joven y creando la empresa en el mundo rural”, explica, “en ningún momento he sentido discriminación”.

 

 

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MARÍA MEDINA – AGENTE MEDIOAMBIENTAL

Lleva siete años como agente medioambiental, pero antes estuvo dos años vigilancia de incendios, ahora está en Duruelo. Dice que “al principio cuesta que te acepten y aquí, en Pinares, es otra historia. La gente te da un trato un poco más machista porque el trabajo del monte es duro y, sobre todo la gente mayor, no se acostumbra a ver a una mujer”, Sin embargo, la relación con sus compañeros es mejor que buena, así como a la hora de imponer la autoridad que su cargo le otorga y obliga en algunas situaciones. Con todo, “animo a optar a este trabajo las mujeres que les guste”.

 

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GEMA ENAMORADO – Empresaria hostelera

Su madre era muy trabajadora y ella no pudo ser de otra forma. Junto a su familia dejó Madrid y se estableció en Neila, donde mantiene abierto un Centro de Turismo Rural, ‘El rincón de Neila’. Dice que en este sector “hay muchas mujeres y podrían haber más. Es algo que si te gusta has de intentarlo, aunque hoy en día, con la crisis, está mal para todos”. Para ella ha sido “un acierto” consolidar su empresa y quiere que se reconozca que “ahora hay mucho machismo en la cocina y cuando la comida es buena dan por hecho que es un hombre. No se da el mismo valor a la buena cocinera”.


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HERMINIA GIL – COMERCIANTE

En dos años se jubila y lleva 33 trabajando, de los cuales más de veinticinco han sido en la tienda de ultramarinos y frutería que regenta en Palacios de la Sierra. Asegura que no ha tenido problemas por ser mujer, pero que sí nota el cambio social, ya que “ahora vienen muchos hombres a comprar, antes no veías a ninguno en la tienda”. Asegura esta emprendedora de los años ochenta que ser mujer “no es un impedimento para nada”. Aunque reconoce que tener un comercio “es muy esclavo” añade que “por otra parte está bien porque es tú negocio y haces lo que quieres”.

 

fuente: LVP