La sequía se evidencia en la provincia de Burgos con solo salir a la calle. Las lluvias de este fin de semana no son suficientes para paliar la crisis hídrica en la que se encuentra la provincia. Han sido chubascos en cantidades tan pequeñas que no han servido para llegar a la raíz de los cultivos, para empapar una tierra completamente seca.
La situación es complicada para el campo y el ganado. Se ha evidenciado en el mes de abril, pero se alarga desde marzo. Los datos de la Agencia Estatal de Meteorología, recogidos a través de las estaciones meteorológicas que tiene repartidas por la provincia, así lo evidencia.
Todas las comarcas necesitan agua
De media, en la provincia de Burgos, en el mes de marzo llovió un 72 % menos que en el mismo mes de 2022. En Burgos hay cinco estaciones meteorológicas, en Burgos, Aranda de Duero, Belorado, Palacios de la Sierra y Medina de Pomar. Pero esta última estación apenas arroja datos, por lo que no ha sido tenida en cuenta para calcular esta media.
En Burgos, en marzo, pasó de caer 64,6 mm (milímetros, lo que equivale a 64,6 litros por metro cuadrado) en marzo de 2022 a 14,2 mm en 2023. Un 78 % menos de agua en un año. En Aranda de Duero se pasó de 47,2 mm en 2022 a 7,8 en marzo de 2023. Lo que supone un 83,5 % menos de agua. Belorado es la estación con mayor diferencia. Se pasó de recoger 66,4 mm en marzo de 2022 a los 8,9 mm de agua de este marzo. Un 86,6 % menos.
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Solo la estación meteorológica de Palacios de la Sierra presenta unos datos menos alarmantes, aunque igualmente negativos. En Palacios llovió un 40 % menos en marzo de 2023 que en el mismo mes de 2022. Se pasó 55,8 mm en 2022 a los 33,6 mm de este año.
Pérdidas en la cosecha
Los agricultores de Burgos ya han advertido que la situación es «desoladora». Así la define Esteban Martínez, presidente de Asaja Burgos. Añade que se necesitan lluvias contundentes, de unos 30 litros por metro cuadrado de agua, al menos, para que «empape la tierra y llegue a la raíz».
Asaja ya vaticina pérdidas de la cosecha del 30 % sobre la recolección media anual de la provincia que está en 1,5 millones de toneladas de cereal. Pero en algunas comarcas las pérdidas ya se cuantifican en el 50 %. Y, advierten, son pérdidas irrecuperables.
El balance y las previsiones de la Aemet
Al no haber finalizado el mes de abril, la Aemet no ofrece datos de precipitaciones medias provincializadas. Lo que sí advierte es que entre el 1 y el 17 de abril en más de la mitad del país no ha caído una sola gota de agua. En conjunto, se han registrado cinco litros por metro cuadrado, valor que solo representa el 15 % del promedio normal de esos primeros 17 días de abril.
«Febrero, marzo y lo que llevamos de abril están siendo muy secos», se señala desde la Aemet. Desde el 1 de enero, para el conjunto del país, las lluvias acumuladas alcanzan solo el 50 % del promedio normal. «En buena parte de la mitad sur y zonas de Levante no se llega ni a la cuarta parte de lo normal», se añade desde la agencia meteorológica.
Si vamos más hacia atrás, desde el comienzo del año hidrológico (el 1 de octubre), las lluvias están un 23 % por debajo de lo normal. Aunque diciembre y enero fueron meses lluviosos, el resto del período ha sido seco, sobre todo en el tercio oriental de la Península y Canarias.
Aunque el paso de un frente ha dejado algunas lluvias este viernes y este sábado en la provincia, no han sido abundantes. Desde la Aemet se señala que los próximos días serán estables. «Así pues, cada vez es más probable que abril de 2023 sea uno de los más secos de la serie histórica, si no el que más», se advierte desde la Aemet.
«No está tan claro qué sucederá en lo que a lluvias se refiere; pero, aunque mayo sea lluvioso, lo más probable es que arrastremos ya el déficit de precipitaciones en el que nos encontramos actualmente hasta el otoño: en verano, lo normal es que las lluvias sean escasas», puntualiza la Aemet.
Fuente original: www.burgosconecta.es