Primero la Asociación Salvemos Rioseco y después la Fundación Santa María de Rioseco han ido dando pasos de gigante y cumpliendo lo que hace unos años parecían sueños casi imposibles. La última inyección económica de 270.000 euros que hace dos semanas aprobaba el Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León servirá para cumplir uno de ellos y responderá a una de las peticiones más ambiciosas de quienes persiguen mantener la belleza de los restos que quedan del antiguo monasterio cisterciense. La inversión que permitirá conservar erguidos los muros de la Torre del Abad y el palacio renacentista rondará los 300.000 euros que se completarán con fondos propios de la fundación. Las obras comenzarán de inmediato, porque una primera fase de la ayuda debe estar invertida antes de verano, como avanza el presidente de la fundación, el sacerdote Juan Miguel Gutiérrez Pulgar.
Los plazos los marcan las obligaciones presupuestarias de la Administración regional, que también exige que la segunda fase de las obras hasta completar el gasto de toda la subvención esté ejecutada para el mes de marzo de 2025. En la fundación se muestran exultantes con esta inyección económica y que dará vida a uno de los espacios más bellos del monasterio y en el que durante varios veranos han trabajado los voluntarios para desescombrar e ir descubriendo las salas del palacio.
La última ayuda de la Junta de Castilla y León llegó en 2019 e hizo posible principalmente la consolidación de los arcos del claustro. Desde entonces, la Administración regional no había liberado fondos para el monasterio. En medio, el cambio de legislatura y de responsables en la Consejería de Cultura, Turismo y Deportes retrasó la esperada ayuda. No obstante, desde el año 2015, en que la Junta se implicó por primera vez en la restauración de Rioseco y contando la última subvención aprobada, los fondos regionales sumarán algo más de 600.000 euros en este proyecto ilusionante de un grupo de soñadores que dedican todo su esfuerzo a Santa María de Rioseco solo a cambio de ver su pervivencia y disfrutarlo.
La fundación ya tiene los presupuestos de tres empresas constructoras en las que confía, porque ya han trabajado antes en el cenobio y acumulan experiencia en la recuperación de patrimonio. Son ITARK Arquitectura y Urbanismo, Nueve Restaura y Construcciones y Restauraciones Rafael Vega. Sus costes son parejos y la fundación va a iniciar un «diálogo» con ellas para conocer sus posibilidades de ejecutar las obras en plazo antes de decidir.
Un nuevo mirador. Los trabajos de la primera fase se centrarán en la limpieza y eliminación de la hiedra y vegetación que puebla los muros tanto de la Torre del Abad como del palacio y en la consolidación de los muros. Para la segunda quedará la creación de una estructura que imitará el volumen original de la torre, donde se perdió uno de sus paños por completo y dos en buena parte, y permitirá crear uno nuevo y elevado mirador a las aguas del Ebro y el paisaje de postal que se observa desde Rioseco. La idea inicial del arquitecto Félix Escribano era la de habilitar una estructura con escaleras en madera laminada, pero en el seno de la fundación hay voces que están planteando el uso de otros materiales, en parte por el trabajo añadido que da la madera para un correcto mantenimiento.
El monasterio ya cuenta con un bello mirador en la espadaña de la iglesia que se ejecutó al poco de restaurar el tejado de la nave central de la iglesia y que permite ver las tripas de la estructura de la cubierta del templo.
Fuente original: www.diariodeburgos.es