La ferrería de Huerta de Abajo ha sufrido el derrumbe parcial de una de sus paredes justamente cuando se empezaba a despejar el camino para acometer su rehabilitación, que se ha encarecido sensiblemente y obligará a llamar a más puertas de las necesarias para la salvación de este patrimonio industrial de la Demanda, del que solo existe otra muestra en pie en Barbadillo de Herreros.
La Junta Vecinal de la localidad perseguía desde hace décadas la cesión del bien, en manos privadas. El anterior alcalde pedáneo, Miguel Ángel Salas, intentó en numerosas ocasiones sacar de la ruina La Previsora, como así se conoce a este horno de fundición, y comenzar un proyecto para embellecer también el entorno. Aunque no llegó a conseguirlo, dejó la tarea encaminada a su sucesor, Jaime Izquierdo, que consiguió la titularidad del espacio. «Es una de nuestras prioridades», reconoce este, para explicar que ya ha encargado a unos profesionales un estudio de la cimentación y de los costes estimados de la rehabilitación, «mucho dinero» para una pequeña población del Valle de Valdelaguna.
«Está muy complicado. Hay hasta algún árbol dentro de la chimenea», apunta Izquierdo, que sin embargo está convencido de la necesidad de «hacerlo cuanto antes» para evitar la desaparición total de esta construcción, de forma troncopiramidal y unos 25 metros de altura.
Los daños, en primer plano. – Foto: DB
La asociación Hispania Nostra incluyó hace dos años en su Lista Roja del Patrimonio este peculiar horno de fundición, que entró en funcionamiento en 1877 y quedó en desuso hace ya varias décadas. Aparte de los vestigios existentes en Pineda de la Sierra y Monterrubio de la Demanda, solo Barbadillo de Herreros ha sabido sacar partido a este patrimonio con el Museo de las Ferrerías, que gira en torno a una de las ‘hermanas’ de La Previsora, llamada La Constancia.
Julián Cuesta, secretario de la Asociación Geocientífica de Burgos e investigador del patrimonio geológico y la historia de la minería, alerta desde hace años de la importancia de preservar los vestigios de los importantes complejos que operaron en Burgos, tanto en el Valle de Mena con en la Sierra de la Demanda en una etapa a caballo entre la siderurgia tradicional y la industrial. Ya en 2018 publicó un artículo en el que subrayaba la urgencia de «adoptar las medidas necesarias para proteger estos vestigios, acometer las actuaciones necesarias para rescatarlos del olvido y abandono en que se encuentran, preservando lo que aún se pueda salvar de la ruina, y emprender las investigaciones arqueológicas y documentales que nos permitan recuperar la memoria de lo que estas primitivas construcciones fabriles fueron, y el papel que jugaron como elementos vertebradores de un importante sector económico en la sociedad de su época», insiste Cuesta.
Reclama que las instituciones que «tienen competencias y responsabilidades» en la protección de un bien catalogado en el inventario de patrimonio industrial de la Junta «se pongan las pilas. El Ayuntamiento de Valdelaguna, con sus escasos medios, no puede», recalca este geólogo.
Fuente original: www.diariodeburgos.es