La Semana Santa es una de las festividades más importantes tanto a nivel nacional como comarcal. Durante cuatro días la gente participa con alegría en los distintos actos y tradiciones. Las calles de los pueblos se convierten, durante el día y la noche, en escenarios donde el sonido de los tambores, junto con el color de las flores, el arte e indumentaria de las estampas religiosas y la emoción de las personas, crean imágenes y momentos conmovedores.
En la provincia de Burgos hay dos localidades que destacan por tener unos de los eventos más admirables de la comarca de Pinares, Covarrubias con La Pasión Viviente y Araúzo de Miel con el Vía Crucis.
COVARRUBIAS
Cada Viernes Santo al caer la noche, Covarrubias representa la Procesión del Santo Entierro con estaciones vivientes para celebrar la Pasión Viviente. Son más de un centenar de actores, vecinos todos de la localidad, los que se reparten por los diferentes escenarios de la Pasión de Cristo. Asimismo, son también los propios habitantes los que colaboran y participan en la elaboración de los decorados, la luz, la señalización del recorrido o la indumentaria. Un conjunto de elementos que han conseguido convertir este evento en Fiesta de Interés Turístico de Castilla y León.
Se trata de la procesión viviente más antigua de la comunidad (data de 1972) y la única en la que los actores se presentan inmóviles y sin hablar, cómo si de estatuas se tratase. Es un evento que, además, ha evolucionado con el paso del tiempo, ya que empezó con cuatro pasos y actualmente ya tiene doce. Los pasos permanecen montados hasta que toda la procesión pasa. Esto quiere decir que los actores pueden llegar a estar una hora y media sin moverse.
Cada una de las escenas se encuentra en diferentes puntos o sitios emblemáticos de Covarrubias. Este año la procesión será a las 21:00h desde la Colegiata de San Cosme y San Damián y las cofradías del pueblo serán las encargadas de portar las imágenes de la flagelación de Jesus (S. XVIII), el Cristo Yacente de 1924, el Cristo y la Dolorosa.
ARAÚZO DE MIEL
El Vía Crucis, es una de las devociones que más fervor tiene el Viernes Santo. En Araúzo de Miel es uno de los días más importantes del año desde que la Asocioación Cultural El Calvario reanudó la costumbre de representar esta escena. Se inicia con la salida en procesión desde la iglesia parroquial de Santa Eulalia de Mérida, a golpe de la tradicional matraca, se dejan las imágenes en la ermita de La Soledad, y al pie del monte El Calvario comienza la escenificación a las 19:30 horas.
Cada uno de los pasos del Vía Crucis Viviente tiene su propio espacio material, que se complementa con una serie de elementos arquitectónicos. De esta forma se crea un escenario acorde a la imagen que se quiere proyectar. Además, cuentan con un sistema de megafonía que relata cada uno de los acontecimientos que ocurren en las distintas estaciones. La confección, conservación y mantenimiento de las ropas es también una tarea que demuestra el trabajo y esfuerzo que hay detrás de bambalinas. Este conjunto de piezas, junto con la colaboración y participación de todos los arauceños, han sido la clave para que el Ministerio de Cultura declarase el Vía Crucis Viviente Patrimonio Cultural Inmaterial.
La escenificación cuenta con cien personas aproximadamente, de las cuales muchas siguen representando a los mismos personajes desde hace años. En otros casos ha habido un relevo generacional en el que los hijos y nietos han tenido que sustituir a los abuelos. Sin embargo, esto es una señal de que sigue habiendo interés por mantener la tradición viva, por lo que aseguran su continuidad.
Fuente original: www.tuvozenpinares.com