Aunque de forma quizás algo tímida, las primeras cosechadoras ya se dejan ver estos días por el campo burgalés. La comarca de Odra-Pisuerga y la del Arlanza han sido las encargadas de dar el pistoletazo de salida a una campaña que supondrá un verdadero alivio para la inmensa mayoría de los agricultores tras dos años de acuciante sequía.
Tanto en 2022 como -especialmente- en 2023 la carestía de lluvias en primavera y las intensas olas de calor en esta época, en la que no es habitual alcanzar temperaturas tan extraordinariamente altas, mermaron mucho la producción cerealística. Basta con comparar las 840.000 toneladas que se recogieron el año pasado en el campo con las cerca de 1,5 millones que se esperan recolectar a lo largo de los próximos días según las primeras estimaciones.
Este 2024, sin embargo, las precipitaciones han sido copiosas y repartidas en función del desarrollo del cereal. Además, el calor no ha apretado en exceso y el mercurio no ha alcanzado cotas extremas, lo que ha favorecido mucho el desarrollo de las plantas. El aspecto que presentan las tierras, con un tono ya dorado, es la prueba palpable.
Aunque las primeras máquinas ya se encuentran en plena cosecha de la cebada, el inicio mayoritario se demorará aún algunos días. El calor que -ahora sí- azota a la provincia desde principios de julio puede llegar incluso a adelantar el arranque en algunas comarcas a este mismo fin de semana. Villasilos, Pinilla Trasmonte, Arenillas de Riopisuerga, Los Balbases, Lerma, Cilleruelo u Hontoria de la Cantera son algunas de las localidades en las que las cosechadoras están ya al pie del cañón, aunque se espera que hoy y mañana se sumen muchas más. «Las perspectivas no son malas», reconoce Rubén Abejón, agricultor en Pinilla Trasmonte. Aunque tanto hoy como mañana detendrán puntualmente la campaña, ya que se celebran las fiestas patronales, el lunes volverán al tajo. «No ha sido un año fácil. El exceso de lluvia durante el invierno retrasó mucho las labores, ya que anegó las parcelas. Sin embargo el buen clima de mayo y junio ha conseguido encarrilarlo», destaca.
José Ignacio Alcalde, de Los Balbases, es quizás uno de los que primero arrancó en la provincia. Lo hizo el martes pasado con la cebada temprana, que hasta ayer tenía unos rendimientos óptimos. «Está dando muy buen rendimiento», apunta este joven agricultor.
Desde las organizaciones agrarias coinciden en calificar de «esperanzadora» la cosecha de 2024 aunque rehusan emplear el término «excepcional». Si bien en algunos puntos de la provincia las producción está alcanzando los 6.500 kilos, la reducción de la siembra motiva una caída de las toneladas totales en comparación con otros años. Y es que si tomamos como referencia con otros veranos, la siembra de trigo ha bajado un 12% mientras que la de la cebada lo hace algo menos, un 10%. De este modo, en Burgos hay listas para su cosecha 178.000 hectáreas de trigo por 127.000 ha de cebada.
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Fuente original: www.diariodeburgos.es