Las escombreras ilegales, los múltiples grafitis y el vallado roto evidencian que el deterioro y el vandalismo no cesan en la fallida urbanización de Martinsa-Fadesa en la localidad de Buniel, en el Alfoz de Burgos. El Ayuntamiento se ve incapaz de controlar la situación y por eso ha lanzado un desesperado grito de auxilio para ver si otras administraciones le pueden echar una mano con el objetivo de poner fin al problema medioambiental que se ha originado y, posteriormente, establecer una hoja de ruta para que la zona pase a mejor vida.
«Cada día se está deteriorando más y llega un punto donde nosotros estamos perdidos, hemos llamado a muchas puertas y ya no sabemos dónde ir», explica Jesús Díez, alcalde de Buniel. Ayer se reunió con el subdelegado del Gobierno en Burgos, Pedro de la Fuente, para tratar este asunto y ver qué soluciones se pueden llevar a cabo. Sabe que se trata de un tema que no le compete directamente a esta administración, pero el regidor agradece que le aportaran algunas ideas y le manifestaran que iban a estar ahí para ofrecer todas las facilidades y contactos que estuviesen en su mano para solventarlo.
Tanto en el exterior como en el interior de los edificios se acumulan pintadas y, como publicó este periódico hace un par de años, el vallado que se había colocado se encuentra destrozado en varios puntos. Mientras, la gente sigue tirando los escombros y los tractores circulan con tranquilidad como si no estuviese prohibido. Se denunció a la Guardia Civil, pero resulta imposible controlarlo y por eso se están estudiando otras medidas. Así, se pretenden «endurecer las condiciones» e implantar soluciones como la videovigilancia en los accesos para que no se convierta en un auténtico vertedero por el paso del tiempo. Ahora la corporación municipal tendrá que analizar diferentes propuestas y ver qué se puede hacer y a qué puertas llamar.
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Fuente original: www.diariodeburgos.es