El Monte Santiago es mucho más que la cascada del Nervión. En este invierno tan cálido ni las nieves ni las lluvias han permitido que el desnivel de 300 metros de altura muestre su caída más espectacular. Pero el monumento natural de Monte Santiago es mucho más que el salto, uno de los más espectaculares del país, y su impresionante mirador.
El Grupo Espeleológico Edelweiss (GEE) lleva desde el año 1975 prospectando su subsuelo. En este ‘Burgos bajo tierra’ proponen una visita a «uno de los parajes más bellos de nuestra geografía en cuyo subsuelo se localiza uno de los más interesantes complejos kársticos de la provincia», señalan desde el grupo.
El acceso se realiza a través de la Casa del Parque a donde se llega por la carretera, situada cerca de la cumbre del Puerto de Orduña. La casa se ubica sobre las ruinas de refugio que fue el antiguo monasterio de Santiago Lancréiz. De ahí el topónimo de la zona.
En la parte visible del terreno además de la cascada, los espeleológosrecomiendan pasear por el espectacular bosque de hayas». No solo por la grandiosidad de su vegetación sino, también, por los accidentes geológicos que se observan. «Podemos apreciar como la roca caliza presenta unas morfologías con múltiples fisuras y hendiduras (lapiaces) motivadas por la disolución provocada por el agua de lluvia que se infiltra por ellas», señalan.
Esos accidentes geológicos ponen sobre la pista de la gran riqueza del subsuelo. El Monte Santiago cuenta con toda una serie de cuevas y simas muy complejas. El Grupo Espeleológico Edelweis, en colaboración con la Diputación Provincial de Burgos, ha explorado, topografiado y fotografiado 117 cavidades del complejo. «La infiltración y disolución se concentran en algunos puntos, originando unas grandes hondonadas o depresiones cerradas, denominadas dolinas, que jalonan todo este enclave», explican desde GEE. Aseguran que en ocasiones se presentan alineadas, lo que confirma la existencia de cavidades recorridas por ríos subterráneos. En algunos casos el techo de la galería llega a hundirse dejando abierta al exterior la entrada.
En el borde de una de esas dolinas se encuentra la Casa del Parque. En este entorno aparece el río subterráneo Fuente Santiago que conserva unas huellas de postes. «La imaginación popular atribuía estas huellas a las pisadas del caballo de Santiago». En este paseo por el subsuelo del Monte Santiago, los espeleólogos de Edelweiss proponen acercarse a pocos metros del río donde aparece un sumidero «de fácil recorrido en sus primeros 50 metros». Para hacer este recorrido es necesario calzado e iluminación adecuada para llegar a la sala. Después «el tránsito es penoso, debe realizarse reptando, y peligroso en época de precipitaciones o deshielos». En esta zona Edelweiss recuperó unos capiteles románicos que hoy se exponen en la Casa del Parque.
A unos pocos metros otra de las cavidades a señalar es la Sima III. Esta zona fue usada durante años como vertedero. Conocerla solo es apto para espeleólogos bien equipados porque las galerías cuentan con ríos subterráneos contaminados.
Al noreste de esta zona se ubica la Cueva de los Paules. A unos 600 metros de la Fuente de Santiago una abrupta pared anuncia la entrada a la cavidad. El descenso debe hacerse con mucha precaución por lo acusado de su rampa. Después «pueden recorrerse unos centenares de metros de la galería principal evitando los ramales laterales que ocultan simas y un río subterráneo».
Quizás lo más conocido de la zona sea el Mirador del Salto del Nervión. No muy lejos está la entrada a la Cueva Musai que «aunque no es muy grande en desarrollo destaca por la belleza de algunas de sus formaciones». En esta visita los espeleólogos recomiendan un paseo por la lobera «recién restaurada», antes de llegar al Mirador desde donde se puede volver por el sendero señalizado que ofrece unas «magnificas vistas de la depresión de Orduña». Si van a realizar la ruta espeleológica hay que solicitar autorización a la Junta de Castilla y León.
Fuente original: www.elcorreodeburgos.com