Las letras de estos bailes son de un bello lirismo y guardan en su entraña curiosa referencia a extraños personajes, como Martín de Antón, y a lugares lejanos, como Amusco, la Trinidad, Castroverde, etcétera, por donde transitaban los sanleonardinos con sus afamadas carretas cargadas de troncos, aunque ahora ya no se cantan dicen así:

¿Cuál es la venada
que por la montiña va?
Es la más morenica.
¿Cuál es la venada,
que por la montiña va?
Es la más morená.

* * *

Cantaba Leonor
al señor San Gil;
la iglesia es pequeña,
como la reducís, Leonor,
cómo redobláis,
redobláis el amor.

* * *

Tengo una viña
en Cantalapiedra;
tengo una mala,
tengo una buena
por podar Policarpo
andar.

* * *

Aquel fraile, aquel,
el de las mangas anchas,
no quiere comer.
Que coma o que no coma!
palo y soga en él.

* * *

Gaspar y Baltasar
tres reyes con Melchor
y Martín de Antón:
zapatero, mondonguero,
albañil y zarragón
es Martín de Antón.

* * *

Santa Marta en Fombellida
en Amusco San Millán;
Trinidad en Villafuerte
y en Castroverde San Juan.

Aquel caballero, madre,
que de mí se enamoró;
habiéndole dado el sí,
¿cómo darémosle el no?

En la ejecución de los tres últimos actos cobra singular importancia la sustitución de uno de los palos por una especie de plancha de madera, la que produce un sonido fuerte y seco al chocar con su semejante, y que recibe el nombre de «cobertera».

Tris, tris, traina,
tiruriru, tiruri,
tiruriruri ti ti ti.

* * *

Altísimo Señor,
que supiste juntar
a un tiempo en el altar
ser cordero y pastor,
confieso, con dolor,
que hice mal en huir
de quien por mí quiso morir

* * *

Al verde, al verde, al verde,
al verde retamar, pulidito andar.
Mi amante duerme
a la sombra de aquel olivar.
Pulidito andar
mi amante duerme.
Adiós, Juan, mozo galán,
Corregidor, lindo señor.