Aranda de Duero vivió ayer uno de esos días que van a pasar a la historia. La oportunidad que el equipo de futbol la Arandina ha tenido de enfrentarse al siempre poderoso Real Madrid, se vivió en la ciudad como un día único. La jornada comenzó de la mejor manera, con el reparto de un décimo del premio Gordo de la Lotería del Niño que vendió el estanco que hay junto al puente del Ayuntamiento.
El día fue soleado pero intensamente frío con temperaturas que fueron de los escasos 6 grados a los gélidos 2 grados negativos y con un aire norte que sin duda marcaba la diferencia. Pero no era un día para estar pendiente del frío. Las entradas de la Arandina fueron el regalo estrella de los Reyes Magos y era el tema en todas las conversaciones. Familias y amigos tenían claro el plan y si no había entradas, no faltaban las quedadas en una casa o en algún bar.
Y así la Arandina logró hacer historia porque más allá de lidiar contra el Real Madrid de Bellingham, Modric, Camavinga, Valverde, Ceballos, Arda Güler, Mario Martín, Nico Paz, Rodrygo, Joselu, Brahim, Álvaro R., Carvajal, Nacho, Fran García, Rüdiger, Carrillo, Tobias, Lunin, Kepa y Fran, y terminar con un muy digno 1-3, lograron que tanto Aranda como la comarca se unieran en torno a unos colores blanquiazul que hoy más que nunca están en sus corazones.
Los jugadores del Real Madrid llegaron en dos autobuses a las 14.00 horas. Su primera parada fue el hotel Torremilanos, en la N-122. Allí comieron el menú que les preparó el equipo de cocineros que viajaba con las estrellas del fútbol. También tuvieron tiempo para descansar mientras los fans se iban acercando tímidamente a un recinto acotado por la seguridad del Real Madrid. Uno de ellos fue Nicolás, un joven adolescente que juega en las categorías inferiores de la Arandina y que esperó pacientemente con sus padres para ver la llegada de sus ídolos. “Yo juego en la Arandina pero todos en mi familia somos del Real Madrid de toda la vida. Hoy tenemos un poco el corazón dividido pero queremos que gane la Arandina”, aseguraba.
Bellingham protagonizó el gesto de la noche
La jornada dejó instantáneas para el recuerdo como Roberto Carlos, uno de los mejores defensas de la historia, comiendo un lechazo asado en horno de leña en uno de los asadores más reconocidos, El Pastor, o el gesto que tuvo Bellingham al dejarle su manta a un niño recogepelotas para que se protegiera del intenso frío.
Aunque había sido uno de los retos del día, el acto reivindicativo que lanzaron a los 9.000 espectadores, la asociación empresarial Asemar y la Plataforma por el Tren Directo, en defensa del tren Madrid-Aranda y la ansiada autovía A-11, no salió como se esperaba y apenas tuvo repercusión en las gradas.
Fuente original: www.elcorreodeburgos.com