El Gobierno agilizará los embalses de Almudévar, Biscarrúes y Castrovido


El Ministerio de Medio Ambiente está revisando todos los planes hidrológicos prestando especial atención a si tienen suficiente capacidad de regulación y de laminación de avenidas para en caso negativo introducir las obras hidráulicas que se consideren necesarias, entre las que estarían como prioritarias los embalses de Almudévar y Biscarrúes (Aragón) y el de Castrovido (Burgos), según fuentes del Ministerio de Medio Ambiente.

Para ello el Gobierno está aprovechando el proceso de aprobación de los nuevos planes de cuenca, una tarea que debe terminar cuanto antes, después de que la Unión Europea diera un plazo adicional pues debían haberse terminado en 2009.

Lo cierto es que muchos de los embalses que están quedando plasmados como obras necesarias en los nuevos planes de cuenca que se están aprobando o están en fase de consulta no son necesariamente nuevos. La mayoría estaban recogidos en el Plan Hidrológico Nacional (PHN) de 2001 e incluso responden a demandas históricas, como algunos en la cuenca del Ebro, pero bien la oposición que suelen generar este tipo de infraestructuras, trabas administrativas, corrección de impactos, procesos judiciales en curso o falta de financiación y voluntad política, que de todo hay en el proceso de ejecución de los embalses previstos en el PHN, han evitado la construcción de estas infraestructuras.

Obras «históricas»

Entre estos embalses «históricos», por el tiempo que llevan sobre la mesa y también por la fuerte oposición que han generado, está el de Almudévar (Aragón), del que Arias Cañete dijo el martes que espera «licitar muy pronto», o el de Biscarrúes, en la misma comunidad. También el de Castrovido, en Burgos, cuya finalización ha quedado recogida en el Plan Hidrológico del Duero, que la semana pasada recibió luz verde por parte del Consejo Nacional del Agua, órgano asesor del Gobierno en la materia. Tras muchas trabas, paralizaciones por graves accidentes incluidas, incremento de presupuesto, etc, podría estar finalizado en 2014, según las previsiones de la Confederación Hidrográfica del Duero.

Además, en el borrador del plan del Duero se prevén unas inversiones de 1.497 millones de euros, de los que 351 millones se destinarán a la construcción de infraestructuras hidráulicas. En concreto, además de la finalización de la presa de Castrovido, el borrador incluye la construcción de siete nuevos embalses, con una capacidad inferior a 140 hectómetros cúbicos, que se ubicarán en los sistemas más deficitarios de la cuenca, es decir, en el Órbigo, el Carrión y el Cega-Eresma-Adaja, y cuya entrada en servicio sería el horizonte 2021.

Pero sin duda el grueso de las presas proyectadas estará en la cuenca del Ebro, cuyo plan hidrológico el Gobierno tiene intención de aprobar antes del verano. Si ya de por sí este plan es «uno de los más complejos de España por el gran número de comunidades autónomas que atraviesa y por la coordinación con Francia y Andorra», según reconoce la Administración, en la propuesta de plan hidrológico de la cuenca que se está discutiendo, se recoge que de los 64 embalses que se preveían en el plan de 1998, se han ejecutado o están en ejecución 27; otros 25 están en fase de proyecto o estudio previo, y 36 se prevé que sean desechados por inviables.

Tres ríos como el Ebro

Que sean desechados no significa que no puedan ser sustituidos por otros, para así mantener la capacidad de regulación prometida en el Pacto del Agua de Aragón (1992). A este respecto, desde Ecologistas en Acción consideran que «harían falta tres ríos como el Ebro para cumplir con esas promesas».

Los grupos ecologistas presentes en el Consejo Nacional del Agua han mostrado su rechazo a la construcción de más presas, y ven oportunismo en las declaraciones de Cañete: «No se pueden diseñar las infraestructuras para situaciones excepcionales», dice Martín Barajas, «quien apuesta por «perseguir las construcciones que hay en los cauces, porque nunca se sabe cuánto, dónde ni cuándo va a llover, pero siempre se sabe por dónde va a correr el agua».

fuente: ABC