Los ayuntamientos de la Alta Sierra de Pinares han comenzado a movilizarse para lograr que en su territorio dispongan de una farmacia de guardia que evite a los pacientes desplazarse hasta Salas de los Infantes para obtener un medicamento fuera de los días de apertura de las 4 que actualmente operan en la zona, ubicadas en Quintanar de la Sierra, Vilviestre del Pinar, Palacios y Regumiel.
El asunto se ha abordado ya en varias reuniones de la Mancomunidad y en una convocada por el nuevo equipo de gobierno de Quintanar de la Sierra, a la que se convocó a todos los ayuntamientos implicados -aunque solo acudió un representante de Neila- y a los titulares de las farmacias y responsables del Colegio de Farmacéuticos.
Los profesionales se remiten a la orden de Sanidad que determina la atención continuada de las oficinas de farmacia y regula las guardias. «En los municipios con población menor o igual a 20.000 habitantes, la prestación del servicio de urgencia podrá realizarse de manera localizada, a solicitud del farmacéutico titular, siempre que la atención farmacéutica se preste en un tiempo no superior a 30 minutos desde el momento en que se solicite dicha atención, siendo el órgano competente para su autorización el Director General competente en materia de Ordenación Farmacéutica, previo informe del Jefe del Servicio Territorial de Sanidad», recoge la citada norma.
Desde el Colegio remarcan el compromiso de sus integrantes con la farmacia rural y aseguran que se realiza un gran esfuerzo, puesto que cada vez es más complicado encontrar profesionales que quieran trabajar en los pueblos. Además de quedar garantizado el servicio, las guardias nocturnas son muy poco utilizadas.
Una solución podría pasar por reforzar los botiquines de los ambulatorios para garantizar el acceso a los fármacos de una manera inicial y evitar el desplazamiento.
Los municipios afectados han pedido un encuentro con la Consejería de Sanidad para abordar el asunto y buscar soluciones, porque no quieren perder un servicio más. «Cada vez estamos más abandonados», apunta el alcalde de Quintanar, Antonio Gil, que avisa de que no se van a resignar.
Tampoco hay taxi para ir. En Canicosa de la Sierra el problema se ha agudizado desde el cierre del botiquín farmacéutico el pasado mes de marzo. Su alcalde, Ramiro Ibáñez, explica que han solicitado su transformación en farmacia y que ya han comenzado la búsqueda para conseguir un profesional que se haga cargo de ella y permita a los vecinos recuperar un servicio esencial en localidades como esta, con residencia de mayores, una población envejecida para la que los desplazamientos muchas veces dependen de pedir un favor a familiares o vecinos, con los problemas añadidos que se generan en invierno en las carreteras de la sierra.
Ibáñez considera que «se debe respetar al cliente de la farmacia, que además es una persona necesitada y normalmente mayor, que no puede tener a otra de taxista toda la noche», puesto que tampoco tiene taxi a su disposición. «No es de recibo que te vayas hasta Salas», apunta para recordar que las farmacias también reciben ayudas públicas. «Si no hay negocio que lo liberen», deja caer.
Fuente original: www.diariodeburgos.es