Al final, no pudo ser. Salvo sorpresa de última hora, Palacios se quedará sin pregón esta noche, después de que los representantes de las peñas no se pusiesen de acuerdo para su confección definitiva
Con el texto prácticamente escrito por los más jóvenes, los nervios de unos y los lógicos roces que todo trabajo en equipo genera, han impedido consensuarlo definitivamente. Tras descartar que cada agrupación leyera su propio pregón, por considerar que sería demasiado extenso, la semana pasada se consensuó la redacción de uno común.
Se había planteado hacerlo imitando el esquema de los afamados monólogos televisivos e incluyendo alguna de las cuartetas típicas de Palacios, y algunos estaban muy ilusionados con poder hacer pasar una velada entretenida a los vecinos de vecinos de esta localidad serrana situada a 70 kilómetros de Burgos, en la carretera que une Salas de los Infantes y Quintanar de la Sierra. Pero, al final, no pudo ser.
Pero si no hay pregón en honor a Santiago y Santa Ana, es de esperar que las peñas, que salvo excepciones no son mixtas, al menos seguirán cumpliendo sus atribuciones habituales. Las formadas por jóvenes se encargarán de pingar el mayo esta noche, además de organizar los cabezudos, colocar las gradas en el frontón para los partidos de pelota y colaborar en diferentes concursos para los pequeños. Por su parte, las de los ‘menos jóvenes’ se responsabilizan de preparar la caldereta que se reparte el lunes.
Por lo que se refiere a las carencias de unas fiestas que consideran que tienen una merecida fama en la comarca y a las que los jóvenes invitan a acercarse a todo el que desee pasar un buen rato, echan de menos el trial que se celebraba otros años y las charangas a primera hora de la mañana. Deficiencias a las que este año habrá que unir una de la que no podrán culpar a nadie más que a ellos mismos: la falta de pregón. Porque, al final, no pudo ser.
Aunque quién sabe, hasta esta noche aún hay tiempo de que algunos reconsideren su posición y finalmente el titular de este reportaje sea erróneo. La solución, en apenas unas horas en Palacios.